1/10/07

sombra/luz

Hace más de un año que pude ver de cerca al Subcomandante Marcos, por encima siempre del pasamontañas insurgente. Estábamos en Córdoba, México, y él llegaba agotado de su ‘Otra Campaña’. Marcos emprendió el 1 de enero de 2006 un ruta por México, desde Chiapas, para escuchar a todo aquel que quisiera acercarse a sus asambleas. En Córdoba no nos reunimos más de 200 personas. El Ayuntamiento prohibió que la reunión fuera al aire libre, el revolucionario PRI prestó un vergonzoso salón de niños para realizar la asamblea. Marcos es muy inteligente y rápido en sus respuestas. Sabe de qué habla y a quien escucha. Su voz no es firme, sino suave y escueta. No lleva armas a pesar de toda la indumentaria militar.
Veracruz es el estado del café y el azúcar. La producción de los dos cultivos está en crisis. Los cafetaleros no tienen ni el conocimiento ni la maquinaria necesaria para entrar en un mercado hostil marcado por las importaciones baratas que arrinconan el exquisito café de altura veracruzano. La producción del azúcar es aún más complicada. De los cañeros, los ingenios, guardo un recuerdo turbulento marcado por las noticias que llegaban hasta el periódico de huelgas y notas rojas. Era curioso pero seguía las normas sociogeográficas. El norte de Veracruz era frío, mañanas con neblina, verde y cafetalero. El sur era caña de azúcar, humedad y calor, el tono de la piel se hacía más oscuro y la tranquilidad se cortaba a golpe de machete. Además, Veracruz, es uno de los estados más pobres de México. En su sierra, tanto en Zongolica como en la del Pico de Orizaba, los niños juegan sobre el agua que se mezcla con los residuos fecales, las madres están solas porque los hombres emigraron a DF y solamente vuelven de vez en cuando, volviendo a dejarlas embarazadas. 18 años, tres niños, una casa sin agua corriente ni luz, sin piso firme, a tres horas andando del pueblo más cercano. Nada de solidaridad turística, no interesa.
Pero aquel febrero los zapatistas estuvieron en Córdoba, y luego en Orizaba y así desde Coatzalcoalcos hasta Papantla. En aquella asamblea hubo críticas y alabanzas, admiración. Y se fueron camino al DF con su Sexta Declaración de Lacandona. Y de Marcos no quedó ni rastro, ni del EZLN, ni de aquellas propuestas, ni de las discusiones. Todos los sueños se esfumaron.
Mientras, en Xocotla, junto al Pico de Orizaba, los niños siguen muriendo de rotavirus, lloran sin lágrimas porque la deshidratación les deja sin agua.
Salgo con esto porque hace poco, un mes, tuve una conversación con alguien que defendía el zapatismo por encima de todo. Tal vez la plática se nos fue de las manos cuando, ni ella, ni yo, podemos saber nada de lo que significa. Desde entonces, me han preguntado varias veces sobre aquella discusión, y siempre me parece estar del lado equivocado.
Nunca creí, no habrá excusa, en la batalla armada como respuesta, aunque haya llegado a tener fé en ello, en esos principios, la utilización de Marcos como cabeza mediática, a los oenegeros que llenan las calles de San Cristóbal de las Casas mientras los niños indígenas venden pulseras de hilo hasta las 3 de la mañana en la puerta del Café Revolución, donde solamente los extranjeros pueden pagar la cerveza.
El EZLN no puede solucionar todos los problemas de México, tampoco le toca, ni de los indígenas de todos los estados, es imposible. Pero aquel febrero, cuando Marcos llegó en su moto, (‘Sombraluz’) por la avenida 4 y las banderas comunistas de los chavos de 15 años lo recibieron y se marchó sin más, y luego vino Atenco, y el fraude, y el clima amenazando, y tantas cosas de nuevo, aquella visita, aquella ruta, fue algo fugaz, no quedó nada. Una luz, una sombra más fuerte después. Si en el 94 el EZLN cerró los puños al estado mexicano, hoy, cuando hablan de zapatismo, se escuchan risas en los pasillos de Chapultepec. Y eso, hoy, me cierra los puños a mí.


Coyutla. La foto es de Samuel.

9 comentarios:

hdo80 dijo...

La poca informacion que tengo y lo muy poco que se, es que MARCOS ya no es representante de los INDIGENAS Chiapanecos, estuve platicando con un chamula apenas aqui en Playa del Carmen y me decia que el como indigena, no se siente representado por Marcos y tampoco por el Zapatismo, yo creo que tiene razon, deberiamos apoyar a los indigenas que son los mas afectados y no "A LOS ZAPATISTAS" que ya tienen tantas incongruencias...

hdo80 dijo...

AHHH y que mejor siga dando vueltas en su MOTO y vendiendo camisetas con estrellas!

Anónimo dijo...

Y si nadie soñara
si nadie lo intentara?
Gracias aroa por traernos una historia así

Anónimo dijo...

Una buena historia. Bien contada. La combinación de lo privado y lo público te sale muy bien.

Pero también transmite una historia conocida: poner los medios de los poderosos para extender el descrédito sobre los que se rebelaron. (Hablo del espíritu en los medios, no de tu postura).

Lo que les pasa a los niños no es ni ha sido nunca culpa de los indígenas ni del EZLN. Los responsables de la pobreza son los mismos que tratan de abrir la brecha entre zapatistas e indígenas, entre todos los que podrían querer intentar acabar con eso.

Y es que debemos tratar de vivir bien. Todos. Cuando unos intentan vivir mejor, condenan a otros a vivir peor. Siempre ha sido así.

AROAMD dijo...

los indígenas qué culpa pueden tener...
ni los zapatistas, desde luego.
la historia de méxico es la de un país con demasiadas historias, como una muñeca rusa, una matriusca, dentro de él, hay infinitos paisajes y condiciones, vidas, tradiciones dispares...
los que manejan los hilos no cuentan con un porcentaje tan alto de la población que me parece increible que lo puedan obviar... la política alcanza cotas de corrupción altísimas.
pero no todo el problema reside en chiapas...
no solo hay comunidades autogestionadas allí, que las hay en otros lugares y desmilitarizadas ... pero que no están ni han estado tan de moda para atraer a tantísima gente como lo hace san Cristóbal.
que el ezln se atrevió a soñar un cambio, 'un nuevo amanecer' ( pincha aqui ), pero que hoy ya no lo veo, que detrás de aquello ha dado lugar una oscurísima sombra, una terrible desilusión. Dónde están los jóvenes, y las ideas? (También yo vivía en una ciudad algo estrecha... hdo80 podrá replicarme...)
ay, no quiero hablar y que suene como que tuviera una certeza... sólo es la sensación, la mía, de aroa, que tuve aquel 3 de febrero.

AROAMD dijo...

pincha aqui


a ver

Anónimo dijo...

Veo, veo: ¡qué bonito!

Hay épocas en las que los países sueñan: lo hacen los que no han tenido nada y los que, teniendo, se han conmovido por esa situación, o han racionalizado su imposibilidad, y están de corazón con los que no tienen. Y piensan tanto en ello que el país sueña.

Nuestro país tuvo ese sueño con la II República (la pesadilla para los que querían que todo siguiera como estaba).

Gracias por la ilustración.

carmen moreno dijo...

Hace algunos años (muchos ya) estuve ayudando a un profesor de la UAM (Universidad Autónoma de México) durante su estancia en Cádiz. Me dijo que le encantaría que fuese allí a dar unas lecturas, pero también me dijo que no se atrevía porque México se había convertido en un país demasiado peligroso.
Años más tarde, conocí a un cantautor mexicano aquí en Cádiz también y me decía que ellos no se sentían identificados con Marcos, que no era más que un farsante (no lo digo yo).
Mi padre ha visitado varias veces México por motivos de trabajo y me contaba que la corrupción es la principal fuente de ingresos allí.
No sé demasiado, no sé demasiado de nada, pero cuando hablamos de seres humanos que sufren, que no pueden comer, que no tienen agua, o luz, a una le da una especie de vergüenza totalitaria, que le hace mirar al suelo y sentir que su ombligo, tal vez, creció demasiado en los últimos tiempos.
Gracias Aroa por traer esta historia.

AROAMD dijo...

La ilustración es de Beatriz Aurora. Ella cuenta que simboliza el viaje que hizo con su hija cuando decidió unirse a los zapatistas y se llama 'Hacia un nuevo amanecer'.
Carmen, eso si que sería bonito, que fueras a hacer unas lecturas a México. No es tan tan peligroso. Pasan muchas cosas y hay que mantener los ojos abiertos. Yo a estas alturas, qué puedo decir, habreis notado que me tiene enganchada dos años después de vivir allá. Mágico.