28/4/10

cuál me llevo

Hay una biblioteca en Redfield Hall. Tiene un jardín. Su alegre bibliotecaria no te deja escapar sin un libro en las manos. Ella sabe muy bien qué decirte para que no te lleves los ojos vacíos. Pues me ha dado un premio. Algo que tengo que pasar a los demás. Y qué mejor forma que contando, tres años después de que este cuaderno de bolsillo echara a andar, las mejores compañías de hoy y de este tiempo para el viaje que un día emprendieron las pléyades, así sin pensar mucho:

Panopticon ( Y la cama sin hacer) – Blog de fotografía de David Ruiz. Por el Madrid que me enseña a través de sus ojos. Jiji...
Guarda tu amor humano – Todo lo que trajo y trae y por cómo escribe y por cómo es y por lo que me falta en el cuarto sin ventana... y en la cocina y.
Las playas de Siberia (y el Camarote 503) – por la magia de hacer cosas en común a través de la literatura
Ángeles sobre Berlín –otro cielo es posible
Marcella y su vestido a rayas – que nadie pierda ya nunca de vista a la nostálgica y gafapasta bocarroja
Ideas y fragmentos - Por la constancia y porque hoy hace calor y, probablemente, sus personajes, cómo no, suden. Son así de lógicos y aplastantes.
La nave de los locos – Por la entrega diaria de literatura. Yo estoy perdida.
Phoeticblog – Detrás del que hay una mujer misteriosa que no sé ubicar en los mapas.
A filla do mar – Poco llego a su orilla, pero cuando lo hago, disfruto tanto...

Y, a La bibliotecaria de Redfield Hall, que sonríe detrás de sus gafitas, todo el día leyendo y prestando sus libros a todo el que pase por su jardín.

Se me quedan mil en el bolsillo que han estado o están: los universos perpendiculares, áreas de descanso donde recalar, sin duda, los viajes de Dani, la amiga Erato, el que se debatía entre Boston y el kalimotxo, aquel blog de los cuatrocientos mares, tan fantástico, tan al principio, el Cardhu, el de Gemma, la constancia guillesca, oh la locura del trompetista invisible, la silla del hombre sentado sobre ella, ...los que observo desde la sombra cibernética, ...

27/4/10

Vana en el Café Gijón



El hombre sentado frente a mi mesa de mármol mastica decorosamente una bocanada de gallo. Se parece tanto a aquel que conocí durante una época longeva de mi vida que, a ratos, dudo de la coincidencia. Tiene los rasgos afilados. Es, literariamente, guapo. Se sienta junto a él un adulto incipiente y rubio. La iniciación a la madurez temprana la marca la corbata y cómo mira, mientras mastica con una mano levemente caída bajo la barbilla, a sus compañeros. Son seis en total. El incipiente observa cómo les cuento con movimientos de los ojos.

El personal del café es antipático y masculino. Escucho sorber la sopa al amigo sentado a la derecha, rubito también, y asimétrico, que hojea la revista del café y pregunta por un señor de barba apuntada que aparece en una fotografía vieja.

Parece que los espejos fueran a vomitar algún fantasma.

Aunque es el primer día de dura primavera, he decidido huir del sol al interior, para no arrugar el flequillo. Hasta las 15.15 tengo tiempo.

Luego cruzaré con prisa la Castellana, la que se ve artificial como una cicatriz en el vientre de la meseta desde los aviones de regreso. Entonces pensaré en la primavera de todas las ciudades donde he vivido. Me volveré ansiosa en los semáforos y en cinco minutos estaré en mi silla con la sensación de haber engullido el mediodía, la insatisfacción de no haber escrito un poema, de no enterarme, a secas, de lo que pasa más allá de mi ventana, donde me alegra, y culpa con su flor, el jazmín que compramos el sábado de vuelta de casa de sus padres.

PD: ni el café ni el texto valen los 3,70 €

20/4/10

Ya sé que esto últimamente parece la Guía del Ocio pero...

La Luna llena y blanca
alumbrará La Noche de los Libros
y nosotros
de costumbres
estaremos en El Ladrón de Tinta
jugando con las palabras.
Habrá concurso de microrrelatos.
Y papel y lápiz.
Organiza el Bremen, ese trasatlántico.

18/4/10

a diario



Al final de los días no hay dolor.
Solo llegar a casa
____________y encontrarte.

8/4/10

El verso que no cesa - Homenaje a Miguel Hernández

por si quieren asistir
invitados están
faltan aún algunos nombres
se irá ampliando día a día hasta el 14
más información aquí

5/4/10

mudanza

Primero estaba yo, sentada una manta rayada de Sayulita - el miedo afilado a los pelícanos- en el suelo, la postal que recogió la rabia sobre el puente de Praga y el espacio perfecto para criar un gato siamés

o un poema.

A veces, por la noche, escondite para la sed, requería unas manos.
Una imagen que conquistara mi espacio en blanco.

Y
_ entonces
_________él.