24/10/10

material


Mi estómago recuerda el vino, después de meses, en Casa Federica. Salimos del cine de ver la de Woody Allen. Es raro pero sé las cosas me importan cuando no soy capaz de detener el llanto. Si hablo y me cae una lágrima, para bien o para mal, importa. Si no me tiembla la voz, paso. Broncas infinitas sobre la sensibilidad me ha costado. Él está guapo ahí en frente. De gris, como la primera vez. Qué poco nos hemos alejado de aquellas calles.

La niña de 5 que se imaginó con 14 sentada en la acera, no predijo llorar en un bar a los 30 por esto. ¿Qué es esto que tanto me importa? La falta de tiempo y todos sus hijos.

21/10/10

qué más




Todas las mañanas, en la penumbra del amanecer, él le lleva el café a la cama.
Todas las noches, bajo la luz naranja de la mesilla, ella vigila su respiración.

15/10/10

ave

a

07.00 horas

Antes de las siete, Madrid tiene la melancolía de las farolas. Ni las putas del Desengaño han ocupado sus esquinas. No puedo evitar hablar siempre con los taxistas. Este es un crío. Comienza su jornada. Ya somos dos.

Frida Kahlo viaja conmigo (confieso que le estoy tomando cariño-obsesión), acabo de verla atravesada frente al mercado de San Lucas por aquel tranvía de Xochimilco. Al pasar por el peep show, he sabido por qué a aquel nunca le gustó Madrid. Tiene las venas de neón retorcidas, como el DF, el gris y la vida inquieta. O te subes, o mueres.

Murió.

Y luego se fue a El Hotel.

08.04 horas

En el coche número 5 de este tren viajamos 17 personas, yo soy la única mujer. También soy la única –aventurándome- que no ha cumplido los 30. Me pregunto qué les estará pareciendo a mis compañeros de vagón Supercanguro. La inoportuna selección del entretenimiento en los trenes y, en general, los trenes, me producen tristeza.

Y misterio de corbata.

No amanece.

09.17 horas

Soy un gusano, un gusano, dice mi, de pronto, animada y sombría vida interior. No sé por qué. Entonces pienso en los animales alpinos. No voy a exigirme cordura al despertar de una cabezada. Me ordeno los muslos y la falda en el asiento.

Ha amanecido.

Mil olivos más allá del horizonte del mundo.

Y una niebla maravillosa.

10.00 horas

SEVILLA

4/10/10

ojeras

Una noche, en Sarajevo, me desperté de una pesadilla de madrugada. Tuve que controlar la respiración para no molestar a nadie.

Conseguí dormirme antes de que amaneciera.

Hoy no lo he conseguido.