El nombre Darinka me lo dejó prestado (se lo he mangado sin permiso, es lo que tienen estos tiempos, una escribe y de pronto una ventanita: ti-ru-rí) un amigo de México al contarme algo. H., si, aunque ni lo creo ni lo espero, pasas por aquí, te lo agradezco, es un hermoso nombre para leer en voz alta a mitad de un poema y desubicarlo todo.
14/12/11
pequeña crónica de la inconsciencia
El nombre Darinka me lo dejó prestado (se lo he mangado sin permiso, es lo que tienen estos tiempos, una escribe y de pronto una ventanita: ti-ru-rí) un amigo de México al contarme algo. H., si, aunque ni lo creo ni lo espero, pasas por aquí, te lo agradezco, es un hermoso nombre para leer en voz alta a mitad de un poema y desubicarlo todo.
5/12/11
la noche fumando a medias
Donde se cantó. Aquí pueden escuchar un poquito.
Gracias Paco Cifuentes, por la invitación a tu mesa, a toda la compañía. Y a Roberto.
A los que no pudieron llegar, pero estuvieron.
Este viernes, Juan José Téllez; el siguiente, Roberto Terán; en la Casa de los Jacintos.
27/11/11
Fumando a medias
23/11/11
Lo enfermo que me habita, la hija deseada
de una ciudad moderna. A veces,
en verano, me he agarrado a ese ángel que cruzó nuestra casa.
La lluvia es una herida
sobre el cristal de un coche.
La nuca del gorrión bajó a la calle,
su quebrada de vida.
Hoy bebo
del espejo
el decibelio helado
de un latido. Eso soy, en mí me he convertido. Qué esperado.
El olor de la casa está saldado.
Con sus cajas de hilos
y el cañón con su carne.
Abandonados.
12/11/11
pensando en mi estrecha relación con V.
Siguiendo el razonamiento, quizá los perros de Virginia Woolf demandaran de ella una atención constante, como ella misma hacía con los demás; atención que alternaba con la necesidad de gozar de una libertad absoluta y de soledad para poder escribir: no podía hacer nada si alguien estaba en su misma habitación, pero tampoco descansaba hasta que Leonard había regresado a casa.
Pues eso, que menos mal que el río de Madrid no da para mucho.Perros, gatos y lémures. Los escritores y sus animales. errata naturae, 2011
4/11/11
desde una madrugada de edificios. Aquella risa vil de sus ventanas. Carcajada de luz,
voyeur atónito.
Nos han envenenado con la súplica
de un trabajo veraz, de una casa con flores
y a cambio solo vemos
una vida torcida. Hay fronteras eléctricas entre cuerpos hermanos, una costilla
exacta
alrededor del mundo. Hay mujeres morenas,
doloridas de amor que se tragan el hambre
en la fila del jueves.
No escribo para nadie. Siempre guardo un espacio
20/10/11
reseteando
En Pizarro dos amigas deciden plantar cara a la incertidumbre. No es la primera vez. Aunque sí que se sientan, frente a frente, sin más pronóstico que enlazar una historia.
Nunca los temporales vinieron solos ni con tantas ganas. Pero hay una pequeña esperanza, como este paso, como una gabardina comprada antes de tiempo, como el sol poniéndose furioso tras el férreo edificio de Schweppes.
En otra coordenada tú deshaces las horas para verme. Puedo adivinar tu gesto en nuestra casa, con el pequeño blanco correteando, exigiéndote un esfuerzo, me aproximo de memoria y desde cerca a tu gesto. Me acoplaré a tí durante toda la noche.
Me has visto dar el volantazo para volver al mismo punto.
Una y otra vez.
Seremos capaces del invierno. Lo intuyo.
16/10/11
5/10/11
2/10/11
Moisés
16/9/11
proezas y batallas
Marcelino Camacho y Josefina Samper |
Lo que queda de la cárcel de Carabanchel, Sept. 2011 |
Salud y revolución.
Con Josefina Samper en Chueca |
4/9/11
¿Qué está pasando en México?
31/8/11
este libro es una herida
24/8/11
Eichstätt
Banda sonora, [da capo a fin]: Deltoya y Sound of music
Todas las casas donde viví, que fueron tres, están hoy en obras, como si hubieran aguantado casi diez años para verme regresar a arrancar los ecos de las paredes, la risa, el sonido de la guitarra.
Podría decir que aquí te vi llegar, recuerdo perfectamente la hora, como ibas vestido, el cruce, siendo tú tantos que hoy quedáis lejos para una cerveza bajo el atardecer. Grabado el sonido de las campanas como un eco lejano de este bosque dentro de un corazón de hojalata.
Nada sabéis de los miedos que hoy manejo.
No puedo evitar que una húmeda y vieja nostalgia se agarre a mí, con sus dedos de musgo. Me asomo por la ventana que nos vio dormir la borrachera, éramos tan jóvenes.
Bailábamos tango sobre las aceras, recitábamos versos a las esquinas, ilusos, aun éramos la estampa del prejuicio y el estigma de nuestras casas.
Todo era tan posible como imposible.
El Fotógrafo va soportando mis reencuentros con cada ciudad en la que dejé un lamento al despedirla. No se equivocaba mi drama aquel julio, previsión de un futuro donde no cabria regreso posible.
21/8/11
Alemania (Selva Negra - Freiburg - Bietigueim - Rothemburg ob der Tauber)
hace
tanto
tiempo.
El olor de la patata cocida y el sauerkraut escapa por la ventanas de los restaurantes de la ciudad. Los estrechos canales fluyen con nosotros. Por fin él puede probar los spätzles del sur, mi plato favorito, una especie de gusanitos de harina y huevo que hierven en agua.
Visitamos a un viejo amigo de la familia que emborracha al Fotógrafo. Ya son uno mas en casa de los Brett. Las chicas no viven allí. Pero ella sigue preparado las confituras con azúcar y amor, cuidando el mas mínimo detalle. De ahí volvemos a la carretera y viajamos al pueblo de la Navidad eterna. Rothemburg, que tantas veces me viste aparecer.
Alemania huele a recuerdo. Es extraño, pero siento algo de angustia. Aquí estuve protegida. Mi segunda linea en la batalla. Aquí las carreteras tienen el nombre que mi padre les dio.
15/8/11
Ginebra - Schwartzwald
10/8/11
Madrid - Darnius (frontera España-Francia)
700 kilómetros
Banda sonora: Porcupine Tree, BSO Il Postino, Tchaikowsky, Julieta Venegas, Silvio, Kula Shaiker
Me gusta conducir, mucho, viajar por carretera. Cuantas veces he tenido el sueño loco de llegar hasta México, cruzando Europa, el Polo Norte y bajar hasta aquella latitud. Una tierra fría y blanca atravesada por mi pequeño coche. En el sueño, siempre paro frente a la casa de un amigo de allá y pito hasta que se asoma a una ventana y le grito: estoy aquí. Luego nos vamos al parque a echar unas chelas y yo miro mi coche aparcado bajo las altas palmeras, aquellas, orgullosa del camino, querido Ulises.
Hoy ha sido nuestro primer día de ruta. En total, puede que hagamos unos 5.000 kilómetros, la mitad del camino que hago yo sola en mi sueño. Conducir me hace pensar con algo de nitidez, tampoco mucha, ideas explosivas, proyectos volubles bajo el sol de Castilla, la vieja.
Hace muchos años que no recuerdo Europa, con su centro verde de casa de muñecas, en todos aquellos paisajes que recorríamos durmiendo en los trenes, cuando queríamos comernos el mundo y todas las incertidumbres.
Darnius, Can Massot
Ya ha caído la tarde cuando dejamos la nacional y serpenteamos por una carretera del prepirineo. Cuando llegamos a la massía, mas de cien personas sentadas bajo el plátano centenario leen poemas de autores catalanes, tambien algún espontáneo se arranca. Un caballo observa desde el prado, la Marta se balancea desde una rama, la abuela llora.
La vieja casona, construida hace mas de 300 años, fue comprada por la familia de Roser hace 100 y hoy, después de mucho trabajo, la han convertido en un precioso alojamiento rural, donde evitan, en la medida de lo posible, ir al supermercado.
El niño, nos dice el padre, que nos ha salido poeta, el pobret, y ha invitado a los amigos con los que se escribe en los blogs a leer. Nosotros sonreímos y el Fotógrafo les dice que yo tambien soy poeta, palabro grande para una huésped, pienso. Pero se corre la voz y terminamos cenando pan con tomate, almendras y vino espumoso del Penedés en una mesa grande donde parece que pueda caber el mundo entero en una noche.
3/8/11
on the road
Esta es nuestra ruta:
31/7/11
balance
25/7/11
Las vacaciones que no imaginé (fin)
Hemos vuelto a casa. Tres girasoles nos alumbran la entrada. He abandonado las publicaciones del diario vacacional, se interpuso la vida y el viento fuerte de la frontera. Qué más me quedó por decir: que un pueblo francés abandonado, que la vieja aduana con sus extintos puestos de souvenirs, que el Fotógrafo parecía muy feliz en la última cena y estaba muy guapo, que declaramos a Joan, el camarero, capitán de nuestro naufragio.
Madrid parece distinto porque las noches mueven los visillos rojos, nos despiertan para cerrar la ventana de madrugada. Las pequeñas moscas de la fruta han fallecido pegadas al techo. Un helicóptero nocturno sobrevuela la ciudad, atento a la revolución y los brazos en alto. Que hemos colgado los cuadros que esperaron pared durante meses. Que el jabón que compramos en Marsella, o cerca, invade de miel el dormitorio.
Mi perro no se enreda entre mis pasos y le extraño. Ayer, el cumpleaños de mi padre, y hoy es domingo a pesar de que la semana se ha quedado sin su primer mordisco.
18/7/11
Las vacaciones que no imaginé (2)
Nube remota en San Martí
El Mediterráneo nos muestra su soberbia faz en San Martí. Intento limar con sol las huellas que la impotencia de los días pasados ha dejado en mi cara. Caligrafía de los sueños no termina de hacerme compañía, pero sí ofrece un contrapunto a las nubes ligeras que nos sobrevuelan. Parece que aquí ya nada pudiera tener la intensidad que prometía.
Imagino el puerto abandonado dentro de unos años, con todos esos carteles de ‘Beach Club’ oxidados balanceados por la tramontana, apastelados a fuerza de rayo, un holandés paseando a un perro, una casa de carne vencida. Barcos flotantes en canales que una vez miraron el sombrero volado de una turista perderse bajo las bunganvillas, morir ahogado.