29/11/07

"una obsesión que va coagulando en tu interior..

... y cuando la gota colma el vaso, te sientas a escribir y agarras la poesía por la cola”

Gelman, el de la ironía, el que gritó que el olvido quedara borrado de los diccionarios, el urdidor de versos a la soledad. El que persiguió por el mundo la sombra de una dictadura en busca de una nieta desaparecida dentro de un vientre. El que escribió en sefardí en un Buenos Aires herido más de 90 poemas. El que fue periodista mientras, el de la inteligente risa, el que curó sus heridas muchos años después.

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Un hombre deseaba violentamente a una mujer,

a unas cuantas personas no les parecía bien,

un hombre deseaba locamente volar,

a unas cuantas personas les parecía mal,

un hombre deseaba ardientemente la Revolución

y contra la opinión de la gendarmería

trepó sobre muros secos de lo debido,

abrió el pecho y sacándose los alrededores de su corazón,

agitaba violentamente a una mujer,

volaba locamente por el techo del mundo

y los pueblos ardían, las banderas.

Juan Gelman

Buenos Aires, 1930.

Premio Cervantes 2008

28/11/07

terminal 4, aeropuerto

Ayer, entre dos días

Cuando te conocí, yo ya arrastraba una maleta roja por la universidad, y tú parado allí, en medio del pasillo, más sombra tú que tu oscura silueta. Yo perdía un avión, comenzó a nevar fuera. El mundo creció entonces con sus piernas abiertas. Nos fuimos encontrando en sugerentes vuelos, ida y vuelta de agua, vuelta y vuelta de pieles. Nunca te vi los párpados, dolidos, de los amaneceres. Los hechizos tienen horas incómodas para acabar su tiempo. Entonces llegó aquello: el abismo de cuerpos. Llegó el silencio absurdo. Me llamaste, nos vimos sobre todo el verano y en la mesa, más cerveza y cigarros. Nosotros, que le ganamos tantas batallas al océano. Kilómetros al tiempo. Y el silencio matándonos, en medio. El silencio maldito y las frías palabras. Que nos ataron fuerte, de labios y de manos en aquella buhardilla. Las palabras, las necias que dijimos, que ahora se nos quiebran. Nos ahogan.

23/11/07

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El poema es mi cuerpo
lo recorres
lo marchitas de ojos
y silencios

es ésto la poesía


la carne fatigada
el sueño
nuestras almas
tocándose en extremo
y nada
habitando mi boca
como aire que golpea
invisible
la frente.

Guatemala, agosto 2006

20/11/07

Cuando termina la balacera de dos despechados en una calle de un barrio de las afueras, cuando un hombre joven resulta herido grave por algo que llaman arma blanca, cuando en realidad todas las armas son negras, cuando el ayuntamiento de Madrid deja de remover el caldo de corruptos que ingiere el dinero de sus ciudadanos, cuando la Comunidad inaugura un último campo de golf donde antes estaba el núcleo del tráfico de drogas de la región. Cuando las luces se apagan y yo cierro las páginas, y las pego en la maqueta y quedan vistas para sentencia, y no hay suceso que pueda interrumpir el proceso de la imprenta, todo continúa ahí afuera, pasando, de mí, y pasando. Pero ya no entra, no es, no fue. Mientras yo doy un salto y dos y tres de una página a otra con noticias en rojo, y apoyo en mi mano la frente cansada, los ojos cansados de tanta pantalla, y estiro las vértebras en la silla azul de oficina, y me sorprende, rutinaria, la oscuridad que con premura se expande a mi espalda sobre la A-6 y sus velocidades, tú caminas bajo esta nueva lluvia invernal, sumergiendo tu boca apretada en las solapas levantadas del abrigo y piensas en la última vez que hubo una tormenta. Y reconoces sobre los faros naranjas las siluetas de otras ciudades. Y recuerdas aquella avenida 11 desbordada, hace dos meses y algunos años, cuando el agua te llegó más arriba de las rodillas y los pantalones vaqueros, fríos, se pegaron a los muslos y tú te cobijaste en un hotel toda la tarde, escribiendo, sintiendo la lejanía, la soledad de la lluvia en esa ciudad tan fea a la que luego amaste, y cómo tardaste una vida entera en regresar a casa, porque fuiste perdiendo las sandalias sobre todos sus charcos.

16/11/07

el derecho al delirio

Charo ha inaugurado su casa nueva, en Chueca. De la mano, hemos hecho un ritual inventado de 'buena vibra', de deseos pequeños que lo piden todo. Charo estuvo en África, en Togo, un país que ella, con su gracia sanluqueña, ubica 'debajo de la barriguita' del continente. Allí rodaron un documental hace un mes. Estos son algunos fragmentos de un email que envió a su regreso.
Madrid, demasiado de noche, a 0ºC.
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… Donde hay amor, nunca se hace de noche (proverbio del pueblo lamba)


Encontré un lugar llamado Defalé, un paraje perdido, incluso maldito por sentencia de alguna tradición animista…Una diminuta aldea del norte de Togo, en el corazón del África Occidental, hogar del pueblo lamba... Aquí la vida no es fácil…

Al principio fue difícil hacerse con sus ritmos y con sus horarios, aceptar su incondicional hospitalidad y no topar con unos códigos culturales muy distintos a los nuestros. Así que nuestra incursión en el mundo africano se hizo con toda la cautela que nos permitía una semana de rodaje y el ilimitado entusiasmo y disposición de la gente de la región.



Me topé con una puntualidad inesperada, con la coqueta elegancia de cada mujer, con madres preocupadas por la educación de sus hijos, con niños bilingües…

Cecile es la segunda protagonista del documental. Hace años, su marido metió a otra mujer en casa con la que debía compartir toda su intimidad. En aquel momento estaba preparándose para sacarse el título oficial de costurera, después de tres años de aprendizaje en el taller. El día de su examen, su marido la encerró en casa bajo llave y le dio una paliza. Ella recuerda ese día con ira, no tanto por la humillación que sufrió, sino porque con ella se quedó encerrada toda posibilidad de reconocimiento a su trabajo.





En Togo no hay grandes recursos naturales, en sus tierras difícilmente se puede cultivar por la cantidad de roca del suelo; como no es un país rico en diamantes, oro o coltán, no hay guerras, por lo que al gobierno le es fácil proyectar hacia el exterior una imagen de democracia.


No hay ecuación que explique la cantidad de recursos que se destinan a las campañas electorales en un país pobre.

Nuestra estancia coincidió con los días previos a las elecciones nacionales. Tuvimos la oportunidad de ver la parafernalia de los mítines y la falsa transparencia del proceso electoral. Una llamada de la embajada alertándonos de que las conversaciones telefónicas estaban intervenidas nos bastó para hacernos una idea de la situación política.

Los conceptos cambian según el norte de cada lugar, las filosofías nacen de las hostilidades entre las que crecemos y yo vi demasiada calidad humana en sus palabras, demasiada libertad en sus pensamientos y la única esclavitud de saberse pobres respecto a Occidente.
Entonces os diré que escarbando, escarbando, subiendo al sur, bajo un árbol de teca y al fondo de los maizales, encontré el derecho al delirio…

Charo Ruiz Gitrama

15/11/07

(Los de entonces,
los del invierno frío de siglo nuevo
- era el dos mil y poco –
aquellos,
los planos,
los ojos llenos de turbias láminas
hoy no pueden dejar de leer)

Hay en tu aire cierto rumor de sábana caliente.
Y la mentira naranja
de la intimidad de las ciudades.

Estamos
cada uno
en un extremo
de esta comunicación silenciosa.

Nos negamos cien noches.

La nieve, segundero nocturno,
de las aceras negras.
No debimos

nunca más remontarnos
al galope anárquico de nuestro olvido.

Alguien llamó primero,
y le abrimos la cama
destrozando los brazos.

Llegamos tarde al tren que los dos invocamos


su prematura salida
nuestra derrota.
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6/11/07

Granada - Fuente Vaqueros – Barranco de Víznar – Huerta de San Vicente



Y cuando te vi de lejos
me eché en los ojos arena.
Pero montaba a caballo
y el caballo iba a tu puerta.
Con alfileres de plata
mi sangre se puso negra,
y el sueño me fue llenando
las carnes de mala hierba.
Que yo no tengo la culpa,
que la culpa es de la tierra...

Bodas de sangre
Federico Gª Lorca


La última noche que pasé en Granada tuve fiebre en la boca. Mis labios se partieron debajo del piano y en pequeñas, transparentes y secas, virutas de piel, los dejaba caer por la casa de un poeta. La ventana de agua y la palmera. La cama virgen blanca, el ganchillo infantil y retorcida la letra. La madera. Te mueres por tocarla, el cuerpo quejándose en la silla, la pared reflejada. El aire que respiras. Las culpas enterradas y la cintura exacta, romancera, la raya. Los pliegues de ese cuello, avanzado en capítulos nocturnos, recorrido en secreto. La estrella de david que nos detuvo; a mí primero. La boca, la boca, cayendo, por la casa, debajo de la cama, naranja. En el coche alguien siente ‘poblarse de veletas’. Lo cuentan los espejos. Resbalamos las calles, el barranco nos come, nos recita palabras al oído, las calladas, las huérfanas. Nadie grita entre tanto cuerpo. El pétalo marchito, masticado, el silencio, el camino. Las sombras de los lobos. La muerte sin la vida. Se frena un taconeo. Mi cabeza en el hombro, sin querer, descuidándome. Nada pasa, nada, sino tiempo. La ciudad nos miraba, con sus ojos obscenos. Entre tus pies, la acequia retomando la sangre. Las historias tienen todas coordenadas y códigos. El golpe que no se da, se nos duerme en el pecho.

A la señorita guía de la casa de la Huerta de S.Vicente

que, sin pudor, se atrevió a dejar volar sentencias y juicios

mientras respirábamos el aire infantil de la habitación lorquiana...:

..

La poesía duele,

pero no hace sangre.

.

2/11/07

me voy a Granada



Esta ciudad me mira con tus ojos



SONATA TRISTE PARA LA LUNA
de L.G.Montero