31/7/11

balance

Esta soy yo a punto de cumplir 30 años.

1 de agosto de 2011.


Los voy a celebrar con viaje que, como una brecha dulce inesperada en la memoria,
atravesará mi vieja Europa en una furgoneta blanca.

Felicidades, maja.

La foto es de David Ruiz, en el cuarto privado de Gala, en la casa de Dalí en Portlligat.

25/7/11

Las vacaciones que no imaginé (fin)

Última parada que no se produjo: Nápoles


Hemos vuelto a casa. Tres girasoles nos alumbran la entrada. He abandonado las publicaciones del diario vacacional, se interpuso la vida y el viento fuerte de la frontera. Qué más me quedó por decir: que un pueblo francés abandonado, que la vieja aduana con sus extintos puestos de souvenirs, que el Fotógrafo parecía muy feliz en la última cena y estaba muy guapo, que declaramos a Joan, el camarero, capitán de nuestro naufragio.

Madrid parece distinto porque las noches mueven los visillos rojos, nos despiertan para cerrar la ventana de madrugada. Las pequeñas moscas de la fruta han fallecido pegadas al techo. Un helicóptero nocturno sobrevuela la ciudad, atento a la revolución y los brazos en alto. Que hemos colgado los cuadros que esperaron pared durante meses. Que el jabón que compramos en Marsella, o cerca, invade de miel el dormitorio.

Mi perro no se enreda entre mis pasos y le extraño. Ayer, el cumpleaños de mi padre, y hoy es domingo a pesar de que la semana se ha quedado sin su primer mordisco.

23/7/11

Las vacaciones que no imaginé (3)

Florencia / Pisa

Catalonia

Donde se marchó la rabia. Y comenzó el abrazo.

18/7/11

Las vacaciones que no imaginé (2)



Livorno



Nube remota en San Martí

El Mediterráneo nos muestra su soberbia faz en San Martí. Intento limar con sol las huellas que la impotencia de los días pasados ha dejado en mi cara. Caligrafía de los sueños no termina de hacerme compañía, pero sí ofrece un contrapunto a las nubes ligeras que nos sobrevuelan. Parece que aquí ya nada pudiera tener la intensidad que prometía.

Imagino el puerto abandonado dentro de unos años, con todos esos carteles de ‘Beach Club’ oxidados balanceados por la tramontana, apastelados a fuerza de rayo, un holandés paseando a un perro, una casa de carne vencida. Barcos flotantes en canales que una vez miraron el sombrero volado de una turista perderse bajo las bunganvillas, morir ahogado.


las vacaciones que no imaginé


Niza


Cadaqués, al anochecer 17/09

Haces las maletas y te vas, y crees saber a dónde. Pero no es cierto. La vida gira y concluye si quiere ahora mismo. Y abres los ojos el domingo en la misma ciudad, Barcelona, y a tus pies el Raval es atravesado por un sol sanguinario. Enseguida vuelve la rabia y no queda otra que pasar una página y sí, hay cosas peores, pero, por ahora, maldigo a todos los marineros que me dejaron en tierra.

Luego me siento culpable por no dejarme llevar por el optimismo de encontrar fácilmente un lugar donde desayunar en la calle un domingo temprano, croissant y café con leche, lo único de lo que nos hemos alimentado desde que salimos de casa. La desilusión está tendida bajo mis ojos, como ropa remojada por la lluvia.

Hoy, ni la humedad es mi aliada. Las calles son demasiado densas y pegajosas para seguir tirando del par de maletas. Todo se vuelve circunvalación de un destino inexistente. Descrédito.

Será muchas horas después, el mar explotando dentro de mi boca al masticar la crudez del pez desalado, cuando pueda olvidar, por un instante, el laberinto.

Durante toda esta primera parte, el Fotógrafo está más tranquilo que yo, que soy toda furia y lágrima fácil.

El pueblo medieval donde dormimos, nos presta su empedrado y nos abraza.

7/7/11

urgente




Es mi cuerpo necesitando un baño de mundo.

El paso: MAD-BCN