Querida Emily:
Te escribo una carta que no recibirás pues no confío en más que en la carne que me sostiene viva. Como aquel gusano rosa que una tarde se coló en tu habitación. Mientras leía Crónica de plata, me he preguntado muchas veces qué pensarías hoy de la literatura. De nosotros, los aficionadamente expuestos, de todo lo escrito para ser leído como un objeto de mercadeo. Con qué fin llenaste tú tu día y tu noche de palabras, con qué afilada mira clavaste el dardo donde se mantiene tu verso, de qué te alimentabas si no fue de mundo, cómo nunca perdiste el juicio, cómo hablaste del amor sin sentir el húmedo peso de otro cuerpo. Qué les digo de ti a los descreídos de la honestidad del poeta si solamente viviste dentro de tu blanco límite.
Querida Emily refugiada. Fuiste de paso cobarde y sílaba viajera. Qué pensarías de esta cueva, de encontrarnos reunidos, discutiendo sobre las ediciones de tus poemas. Sentados frente a la inmensidad de todo lo arrasado, lo brutalmente desaparecido, la muerte, una por una, de todas las creencias.
Si cuestionaste a Dios, por qué sentarte a esperar la noche.
Aroa
A través del mensajero Nán, Emily respondió...
Fotografía de David Ruiz
Poeta Aroa:
Si la Poesía cambia la Vida, ¿cómo dudas de que no haga lo mismo con la Muerte? ¿O de que no pueda leer tu carta o contestarte? Piensa en Dante, recorriendo lo que no existe guiada por Virgilio, que ya no existía. A mí también todo me entraba por la carne en los primeros años. La Naturaleza te traspasa si cumples la condición de la intensidad: ese es el requisito previo del Poeta. Sea una abeja y un petirrojo, o el húmedo peso de otro cuerpo, o lo que quieras imaginar que pueda sentirse, si no hay intensidad, un claveteo obsesivo del afuera en el adentro, no hay Poeta. El objetivo exterior del Poeta es indiferente. Solo cuenta que sea una tarea que esté más allá de lo posible.
Pero la naturaleza es todavía una extraña:
Los que más la citan
Nunca han traspasado su casa embrujada,
Ni han simplificado su fantasma.
La carne es el ojo de entrada, lo demás es la disciplina de la mente.
No hay Fragata como un Libro
Para llevarnos a lejanas Tierras
Ni corceles como una Página
De briosa Poesía –
Tras la intensidad, viene el mundo propio, creado dentro, pero no reflejado: un destilado de la Creación en la creación, cuando esta es ya un Mundo nuevo.
“El ojo que no lo ha visto” puede ser
Común entre los ciegos
Pero no consintamos que la Revelación
Se detenga por tesis como estas –
He decidido contestarte así como podría haberlo hecho de otro modo y orden, siguiendo siempre mis Poemas. Llegué de joven hasta el mar y los cerros, me quedé después en el campo abierto, limité mis pasos al jardín, pasé a habitar solo la casa y, al final, únicamente la segunda planta. Las restricciones fueron inversamente proporcionales al crecimiento de mi mundo. Equilibrio y honestidad. No pude, por los tiempos, editar mis poemas, pero ahora están ahí. Porque, acumulada y vivida la Experiencia que te he relatado, ante todo fui Poeta: conocí la Tradición. Dominé la Lengua. La forcé, para expresar lo que no había sido expresado. Los pocos de entre los pocos que lean despacio mi obra, entenderán lo que te digo. No es éste un oficio destinado a la mayoría.
Poeta Emily DickinsonLa percepción de un objeto cuesta
Precisamente la pérdida del Objeto -
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Una carta es un gozo Terrenal -
Negado a los Dioses -