Cada año, cuando miro
28/12/09
22/12/09
bisectriz
16/12/09
12/12/09
no miren
Él se parece en algo al protagonista de El secreto de sus ojos. Precisamente en eso, en los ojos. Que son oscuros, a diferencia. Pero tiene esa misma forma de permanecer en silencio, de descifrar que las imágenes de hoy en la película carecen de luz, que la vida sin lo esencial está apagada. Yo nunca me doy cuenta de esos detalles y por eso, nunca tengo claro quién es mi director de cine favorito, ni reconozco la belleza de la composición de cualquier obra de arte. A veces, yo nunca me doy cuenta de nada. La que debería permanecer alerta ante los claroscuros soy y, sin embargo, es él el que sabe rescatar la importancia de lo leve, de los días, del café que me trae cada mañana, de nuestro lenguaje inventado, de la luz que se refleja sobre la calle Manzana deshecha a mediodía cuando salimos de Casa Federica y recorremos los metros y él cuenta los pasos. Yo corro y él, en su silencio, despierto, va destapando la rutina, teclea de madrugada, duerme con el labio superior descansado, aprende a difuminar su rastro por mi casa. Imagino que todo esto tiene cierta cursilería pero no me importa, a estas horas, no me siento capaz de enumerar los millones de segundos. ¿Acaso hay algo que merezca más la pena ser contado?
1/12/09
ventanas
Ventanas de Manhattan
Antonio Muñoz Molina
Los árboles se aprietan
en sus horas parcas.
tida la jornada.
Pedalea el lenguaje
por el vientre seco.
El joven ya mordió la simiente.