13/10/07

Tú y yo y la guerra fría.

El calor que desgasta

cada día que pasa.

El café y la noche

de Bagdad bajo el plato.

Me duele más tu roce

que sus lágrimas blancas.

He salido a buscarte

bajo el agua.

La mañana es de sombra.

Hay pájaros que buscan

una miga de pan

entre banderas rotas.

Las guerras son las mismas.

Una casa.

Tendré niños con parches

en los ojos.

Vigilaré

-entre humo-

su juego y su memoria

tras ventanas redondas.

Espero la llegada de mis padres

tan trémula y perdida

como esperé una manta

un brazo sobre el hombro

ese instante en que tú

arriesgas todo el orden

y detienes

tu mirada en mi boca.


C/Sombrerete
Madrid


11 comentarios:

AROAMD dijo...

http://www.elpais.com/articulo/internacional/bomba/escondida/carrito/juguetes/dulces/mata/ninos/Irak/elpepuint/20071013elpepiint_6/Tes

Anónimo dijo...

Los asesinos parecen ser distintos, unos a cada lado.

Los niños son siempre los mismos. Injustamente víctimas.

Me da vergüenza, ante esto, alabar lo bien que caminas sobre filos en este poema tuyo. Pero seguimos viviendo lejos y nada debe impedir que lo hagamos: vivir, respirar, jugar. Mientras no demos la espalda, no dejar la vida al margen.

(pero no les pongas parches que les oscurezcan la mirada).

Reb dijo...

Si detiene su mirada en tu boca es porque está preparado para escucharte. Puede que el poema sea tu voz...

AROAMD dijo...

si se detiene,
mi voz:

(El poema es mi cuerpo
lo recorres
lo marchitas de ojos
y silencios

es esto la poesía
la carne fatigada
el sueño
nuestras almas
tocándose en extremo
y nada
habitando mi boca
como aire que golpea
invisible
la frente)

fui niña que llevó un parche en los ojos, también siento vergüenza de que aquel fuera mi peor recuerdo de infancia y de haber mezclado distintas lágrimas y medidas del dolor en un poema... pero no podía dar la espalda a ninguno de los dos

Anónimo dijo...

No creo que tengamos que avergonzarnos de nuestros dolores, pero sí relativizarlos. Dicen que en la guerra nadie gana, sólo hay perdedores, pero no es cierto. Lo malo, es que ganan los mismo siempre y perdemos todos los demás.
No más sangre derramada en nombre de quienes no creemos en las armas. Precioso poema, Aroa. Precioso y estruendoso.

Lara dijo...

Me conmueve esa no resignación, esa palabra.

Por encima (por debajo, más bien) del dolor, felicidades.

Qué alegría ponerte cara y sonrisa.

Gracias.

Unknown dijo...

aroa o nunca. Cada visita aquí cosas nuevas con esa rapidez con que te vas y vuelves del lado de uno. Siempre imagino periódicos y cuadernos contigo, desayunos al sol y al frío ahora Madrid. ¿cuándo vas a venir aquí? que ya te extrañamos. Yo, te extraño.

AROAMD dijo...

gracias a tí lara

y a tí que no crees en las armas
y al que cree en los niños de ojos tan abiertos

ale iré
iré seguro
pero no sé cuándo

tengo que sentir primero el frío de madrid, y aún no ha llegado

vente tú a recordarlo

Anónimo dijo...

joder Aroa...que triste...y como ha pasado el tiempo sin darnos cuenta y esta guerra(está más que ninguna otra...maldita sociedad mediática...)parece ya parte de nuestro día a día, está tan dentro que ni la percibimos como algo extraño (en tal caso como algo ajeno)

Pero hubo un tiempo en que todavía teníamos la esperanza de poder cambiar las cosas, de evitar guerras, de callar a políticos sin política...

no funcionó...pero tal vez la próxima...¿tal vez la próxima?

ayyy
besitos...
quiero verte
María

Anónimo dijo...

"Me duele más tu roce
que sus lágrimas blancas"

Un actovaliente de asunción de uno mismo y lo que le hierve.

Mi brazo sobre tu hombro.
Para que no esperes.

Hasta muy pronto.

AROAMD dijo...

(ajá)