19/6/07

Café Comercial. Metro Bilbao.

A veces me pregunto
cómo sería sin tí mi poesía.

Jaime Gil de Biedma

Son las 12. Llego una hora antes. Por fin ha salido el sol y yo me sumerjo en las entrañas de Madrid. Sol, Gran Vía, Tribunal, Bilbao (casi como en la canción). Es martes. El mundo se sigue escribiendo los martes, pienso. Tres libros en el bolso naranja, un cuaderno nuevo, un bolígrafo. Me sentaré junto a las ventanas, tomaré un café tranquila y repasaré el discurso. Tengo una hora hasta que él llegue. Desde fuera del café y al llegar, junto al cristal, pirueta de la vida, veo a Niall, algo culpable en origen de esta cita, que trabaja un recital para la tarde. Le saludo, me sonrío y entro. Nos sentamos y damos vueltas sobre los tres años que han pasado desde entonces. Qué casualidad. Qué haces aquí. Tomas algo. Renuncio al repaso en soledad de la entrevista. Pero el tiempo pasa rápido. Cuarenta y cinco minutos. Y aparece Luis García Montero. Tranquilo. Con resaca y pocas horas de sueño, nos cuenta. Nos presentamos. Cambiamos de mesa.
Dos refrescos y un café. Estamos los tres. Ahora somos nosotras y él. Algunas preguntas. Sonríe al leer la propuesta enmarañada escrita la noche antes entre diálogos y sueño. Nos habla de sus clases en Granada, de García Lorca, de Almudena Grandes, su mujer, sus paseos, su vida. Nos habla de las noches y las copas con los amigos. De Prados, Benítez Reyes, nos habla de Sabina y la nube negra y las dos controlamos la mueca. “Una cafetería donde no se puede fumar es una majadería”, dice. Pero el oxígeno bien vale los encuentros que me ha regalado esta mañana. Es del Madrid, hay poetas socios del fútbol. Hay silencios. Busco ese matiz de sus ojos que es capaz de descifrar el mundo. Encontrarte delante de alguien que te ha acompañado a tantos viajes en forma de páginas repletas de versos, impresiona. La admiración, irremediablemente, a pesar de su normalidad, me fascina. Nos va ayudar. Viajaremos con él. Encontraremos las imágenes. Gracias, nos decimos. El proyecto nace. Y él se marcha.
Las dos sonreímos. Es el principio. Y regresamos con nuestros, con sus libros, al trabajo. Yo al periódico. Charo a su lenguaje.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

sólo puedo pedirte que me esperes
al otro lado de la luna nueva
allá donde no quedan mercaderes
que venden soledades de ginebra
al otro lado de los apagones
al otro lado de la luna en quiebra
allá donde se escriben las canciones
con humo blanco de
la
nube
negra

Anónimo dijo...

Nunca se despedirme de ti, porque no soy
el viajero que cruza por la gente,
el que va de aeropuerto en aeropuerto
o el que mira los coches, en dirección contraria,
corriendo a la ciudad
en la que acabas de quedarte...

Recuerda que me tienes que presentar a este wey y a sabina eh!!
Hector,

AROAMD dijo...

ay ese poema me gusta mucho, me acuso de haberlo plagiado para alguno...


y... tendrías que venir a madrid para eso!!!

Anónimo dijo...

SI ES DEL MADRID, BUEN POETA... HAHA

Anónimo dijo...

"Como no podía librarme de tu imagen, como oía siempre zumbar en mis oidos tu canción, como veía siempre tus pies bailando sobre mi breviario, como notaba siempre por la noche cómo tu forma resbalaba por mi cuerpo, quise volver a verte, tocarte, saber quién eras, ver si eras igual a la imagen ideal que me había quedado de ti, romper tal vez mi sueño contra la realidad. Esperaba que por lo menos una impresión nueva borraría la antigua, que se me había hecho insoportable. Te busqué. Volví a verte. ¡Maldición! Cuando te hube visto por segunda vez, quise verte una tercera, mil veces, quise verte siempre...Entonces, ¿cómo detenerse en esa pendiente infernal?, ya no fui dueño de mí. El otro extremo del hilo que el demonio había atado a mis alas lo había anudado a tu pie."


Nuestra Señora de París // Victor Hugo

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Pam lópez dijo...

toc toc!

Que te puedo decir que no te haya dicho ya... Esa sencillez de tus palabras me tiene enganchada... y como no siempre es necesario hablar ( o hacer un comentario)...

...

(no diré nada que pueda estropear esta sensación)

un gran abrazo!

AROAMD dijo...

gracias gracias pam... por el comentario.. y, sobre todo, por leerme...
yo también te sigo... un abrazo muy muy fuerte

Anónimo dijo...

Hola. Hacía tiempo que no pasaba por aquí. Veo que seguimos creciendo. Un saludio.

Anónimo dijo...

Reconozco que me gustaría haber sido Charo por dos motivos: para conocer altipo y para estar dentro de tu narración. Muy lindo el encuentro con García Montero. Veo que las frases son disparos, zapoteca mía.

AROAMD dijo...

ay... que bueno saber que por aquí pasaste... crees que es este texto tenga algo de toque huichol?