Es domingo y Jacques Brel de fondo pero bajito, para ir haciendo boca. Planear escaparse, norte o sur, y terminar volando hacia el barrio latino de París con un soñador de fotografías. El calor que ha llegado y los mosquitos. Tomar rumbo en una carretera, y dar la vuelta porque Amelie a las ocho. Y el reflejo. Una jarrita de buenahierba. Pongo, por fin, escenario a las ventanas de la que guarda su amor en una montaña, llena de flores. Ahora, en el periódico, mientras el fútbol absorbe las miradas, termino el último suceso y cierro la página del fin de semana.
Verano.
8 comentarios:
Estoy (por fin) colgando una entrada ahora mismo. Mientras se suben las fotos, que pesan, he entrado aquí. Mi entrada, que no tiene nombre, también se llama verano.
Vuestros pies en mi jardín, qué bueno.
Un abrazo.
Hay sosiego y una cierta felicidad en lo que escribes. Como si tuvieras una tranquila felicidad. Ojalá dure muchísimo tiempo...
Y que la semana sea feliz
El verano. Por fin.
París más cerca,
la felicidad era esto,
hay que recordarlo, Aroa.
Te echamos de menos en el partido. Estabas, de alguna manera. Lo sabes, ¿no?
besote. Buena semana. Sol. Calor. Bien. Por fin
larit, jiji, tu jardín... qué guay!
brujaroja... la tranquila felicidad.. es un gusto.. que la semana sea feliz, y el fin de semana más, que me voy a París!!!!
ay etdn.illa... yo tb os eché de menos, porque con lo poco que veo el fútbol acabé ahí en el sofá tapándome los ojos y dando saltitos...
Estuve en el bar de Amelie. Exactamente igual, pero sin estanco de tabaco. ¿Quieres la dirección? Lo gracioso es que no era un sitio turístico, sino de gente del barrio.
síííííííííí
la quiero Nán
Y por fin el verano, sí. Qué bien me ha ido esa foto para esta noche...
Un placer, Aroa :)
¿Cómo es el comienzo del verano en París? Estaré atenta.
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