21/7/12

puerto escondido


¿Existe un nombre, acaso, más evocador

que 
Puerto Escondido?

Pronúncialo.

Alli estuvimos una vez. 
Fue al principio de los tiempos. Condujimos el bocho alquilado por la sierra hasta San Juan. Las luces dejaron de atravesar la tormenta. Un par de días en aquella playa. Zipolite. Carrizalillo. El hostal donde años después nos hospedamos. Eran tiempos de paz. De futuro. De entonces es esta foto. Nunca llegué a ver la que me tomó Samuel.

Playa de Puerto Escondido. Samuel fotografiando a Aroa. Agosto de 2005

Volvimos atravesando el istmo de Tehuantepec durante la que fue la noche más larga de mi vida. Llovía sin parar. Los esqueléticos limpiaparabrisas no daban abasto entre la oscura humedad. Cuando llegamos a casa, ya de día, una amiga había atravesado el océano y dormía en mi colchón sobre el suelo.

Después llegó todo lo demás.

Quién sabe si este verano. Al fin. Después de tanta mierda.