27/3/08

muchacha en la ventana



Saben que la vida nos retuerce los pasos. Hablo con un amigo con horario distinto. Hay mucho ruido fuera. Lo hacen ellos. Los que cada tarde rodean mis palabras, las ciñen, las vacían. Y, ¿el permiso? Son gente que decide. Son grises y son tuertos. La tierra más abajo está cerca del cielo. Un camino de arena. El coche que levanta polvo y ojos. Hablo con un amigo. El amigo promete. Le digo que le creo, y a sabiendas. Olía a madreselva. A bugambilia: rosas, naranjas, blancas. Mi madre las miraba sorprendida. En casa se nos hielan. El tiempo cura, a veces, tan sólo por encima y la máquina que oprime nuestras venas, rebela mecanismos insurgentes. No sé cómo explicarles las aceras distintas. El motor de la gente. Lo supérfluo de todo lo que queda a la vista. Desentrañar lo obseso. No sé cómo llevarles a las noches. A un vaso en una mesa cuyo tacto ya pierdo. Día a día, lo olvido. Explicarles que sueño con un animal pequeño que se duerme en mi brazos. Que sueño que atravieso el mundo conduciendo. Ustedes desearían como yo aquel cansancio. Pasear distraidos. Y ese olor a piña y a gasóleo. Esa soledad tan repartida. Y el pulmón agotado de sentir tantas curvas. Las idas. Las de vuelta. No saber la salida ni señalar el mundo. Hablo con un amigo que se duerme, mientras yo me despierto en una casa en calma. La vida nos devuelve por espejos distintos. La ventana está abierta y se distrae. El autobús 500 hace temblar el cuarto.

La muchacha se asoma -en la calle los rasgos son los mismos- sorprendida.

25/3/08

Enredando las sábanas
se esponjan las renuncias.
Tambaleo de especies
y tentáculos firmes.
Si la cama se ablanda
y germinan los peces
distraídos y fuertes.
Dentro del corazón
se protege el mercurio
de las lenguas.

La vida pesa menos.

Va

más

lenta.

Encuentra la saliva.
Pero, cómo sentirla
sumergida en el agua.
-

Yal Ku. Riviera Maya

21/3/08

instantes

Últimamente me da mucho por pensar en los instantes. Fragmentos detenidos de tiempo en medio de la prisa, de la risa, de nosotros. Hago fotografías que me envío a una aroa del pasado no remoto. Tal vez un año, dos. Puede que incluso hasta hace un verano. Y que a ella, a una más joven, le llega un sobre y un papel con unos gestos, un café, una mesa en la cena, un paseo, una escalera, una calle, otra, un paisaje, un barrio, noches. Y que una voz le pregunta a esa que era yo, ¿dónde y con quién estás? Aquella aroa se encoge de hombros, se observa, intenta resolver el anónimo que está con ella
y se despreocupa, en todas las instantáneas salimos sonriendo.
La gente nunca se acaba. Y yo que lo digo.



(Porque hay mucha gente que he conocido últimamente y me alegro. También tú que estás leyendo, sí sí, tú. La pelirroja de la foto colmo de la risa es maría, que tiene un vestido a rayas, la otra es una mujer con agujetas y lesiones en las rodillas de felicidad)

15/3/08

Togo costureras

Cuando volvieron de allí, empezó esto.

El derecho al delirio.

"Cuida bien tus estrellas mujer, cuida bien tus estrellas"

12/3/08

el robo


Os voy a contar lo que voy a hacer. Voy a cometer un robo. Hace un tiempo hablé aquí de un naranjo. Este es. Medimos lo mismo.







Esta mañana he estado en mi vieja casa, donde después de la mudanza lo dejamos olvidado. Yo le he dicho al Hombrecillo que en los próximos días vayamos de madrugada a por él. No podremos hablar ni hacer ruido para no despertar al señor Julio. No podrán ladrar los perros. Saltaremos el seto y hundiremos la pala para salvar sus raíces y lo traremos aquí, y después al patio de mi casa nueva, donde podamos vernos los dos crecer. Tiene miedo de comisarías y denuncias. Pero el naranjo-limonero salvaje es mío. No te pueden arrestar por llevarte lo tuyo. Y a mí, su soledad me duele tanto.



En mi mañana en su búsqueda, he pasado por la vieja casa. Desde que Juan ya no vive por allí, ni siquiera había vuelto a pisar la entrada de aquel camino. Y se me ha encogido el pecho al ver el destrozo urbanístico. Que la finca donde las ovejas, es una urbanización lujosa. Que la casa donde salvamos a los conejos de su cautiverio, está abandonada. Y hay grúas, y hormigoneras, y la calle estrecha se ensancha. Desde que no voy, eso sí, aquello sigue teniendo unas vistas maravillosas del mundo, y un aire de verano y camiseta a rayas.




La casa abandonada

'El campito' destrozándose

Os contaré, en cualquier caso, como termina esto.

11/3/08



Hace poco, en el plató vacío de una serie de televisión encontré esta pizarra escrita. Entre las maderas y los millones de focos apagados, entre la casa muerta, fantasmal, estas palabras. Pienso en quién será el actor que las escribió. Y por qué.


Yo hoy tendría un par de razones.

6/3/08

"Una patria es la lengua en la que sueñas"

Yo me fui a irlanda a aprender inglés... y me encontré al Jordi. Nos pasamos más de la mitad del tiempo, entonces y después, discutiendo. Sí. Pero al Jordi se le quiere. Y tant. Galway, otoño de 2004. ¿Fue 2004? Cuando nadie me había hablado nunca de nada de aquello. Y ahora, que puedo escribirle desde una casa de aquel barrio que después quiso tanto. De Madrid. Y él escribe un email diciendo que viene, que sale del poble, al fin. Él, que se metió con esta ciudad que no conocía y que luego abrazó. A quien conseguí entender mejor sus ideas que su visión del amor. Y aquella playa gris. Y aquella gente y la papiroflexia. La casa de las paredes rojas. Y aquella argentina y la bici olvidada en su puerta tanto tiempo después. Aquella que nos leyó los futuros. Y una discusión en la ciudad de las alambradas, de la tensión. Los murales. Y él tan feliz. Y yo tan revuelta. Y aquel pa amb tomàquet (así es?) en el recreo de la escuela. Y las notas amarillas por las puertas, con frases míticas que yo guardo en la agenda de entonces. Eso sí, en catalán. Ahora escribe un email y dice que viene. Y yo tengo el coche aparcado delante del bar que tanto le gustaba. Y me doy cuenta de que pasan los días con vértigo, con velocidad alarmante. Y hace desde que había sol en Madrid que no le veo. En la calle Pintor Rosales. Un desayuno, el hueco guardado. En la librería aquella donde el poeta adivinó qué hacíamos allí. Y una se da cuenta de la gente que se le va quedando por el mundo sin poder evitarlo. A pocas horas, a fronteras, a océanos. De la gente que está en un teléfono pero necesitas pero tiene su vida su rutina su horario y no puede abandonarlo una tarde para quedar contigo. Porque no se puede. Porque las vacaciones se complican. Y los trabajos. Y los sueños se tuercen. A veces se caen, Jordi.
Et trobe a faltar, amic, aunque digas que no porque no me me pude acostumbrar a tenerte aquí.

"... okupar una casa en la calle antonio lopez
... pasar el aspirador por algun rincón de dicha casa
... compartir mi primera noche con los dos, como en mi primer día, intentando devolver todo este cariño

... conversar sobre proyectos de futuro... del otro (mientras comemos patatas y más patatas)
... discutir con el catalán de la antigua asalvajada
... que ella me cante, con su guitarra, MI canción de canteca
... cocinar para las de navas del rey, con o sin gatos
... beber cerveza caliente en la placita, bajo un sol que te moleste
... tirar cáscaras de pipas en el suelo del jema, mientras jaci critica los polacos
... vivir basquade en vivo y en directo, tirando por la ventana la barrera física y el frío email
... sentarme en el sofá de atocha i escuchar a la más dulce... y ¡dictarle un teléfono para q lo apunte en un papel!
... escuchar la cope en el peugeot 206 gris, de cami
no a Vallecas
... conocer la nueva casa de aquella que demasiado trabajaba, tanto le costó volar y al final emprendió el vuelo
... hablar de la niña de rajoy con aquél q tanto viaja y tanto envidia
... asistir a un concierto de enclave o de julián, para comprobar que Madrid sigue siendo Madrid
... discutir de todo hasta enloquecer, todo en poesía, co
mo en el viaje de las pléyades ... pero en la nueva casa también
... fumar tirando la ceniza en los cocos de la calle cebreros, tras dar abrazos y besos
Y todo eso, 10, 11, 12 y 13 de abril. ¿Querrás quedar conmigo?
Un petó"


Galway

4/3/08

mientras el ruido


"... del almendro de nata te requiero

que tenemos que hablar de muchas cosas..."




Miguel Hernández

3/3/08

- esto he pensado:

si yo tuviera
que refugiarte en mi memoria
no sé dónde te llevaría
para que estuvieras a salvo


tal vez a la infancia sí

o a alguna noche en una playa

.............lejos


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- Si tuviese que llevarte a algún lugar de mi memoria yo creo que te llevaría a Amsterdam. Soy un tipo de rutinas, en ciertas cosas, ja ja ja.