16/5/08

memorias de una infamia

Una niña de 12 años, escapada de una red de pederastia, le contó a la periodista Lidia Cacho, cómo había sido violada y explotada sexualmente. Estas dos mujeres, las dos valientes, levantan la tapadera de un agujero negro más de la corrupción: 200 niños y niñas estaban siendo violados por una red de abuso de menores y blanqueo de dinero en México, en la que 40 cargos públicos (políticos encumbrados y empresarios) están implicados. A la cabeza de esta banda, Succar Curi, un empresario libanés que, aunque hoy está encarcelado, sigue teniendo hoteles en Cancún (hotel Solimar, o Sol y Mar). Éste tipo contactaba con niñas de EE UU, Centroamérica y de la república mexicana que, durante dos décadas, ofrecía a sus amigos, como el empresario textil Kamel Nacif, protegido posteriormente por el propio gobernador de Puebla.
Del alto tribunal mexicano, seis jueces quitaron cargos a los implicados, y sólamente cuatro votaron a favor de Lidia. El miedo también dictó su sentencia.
Pero Lidia sigue en su lucha. Torturada, amenazada de muerte, violada y extorsionada, la periodista no calla. Ha escrito un libro impactante, 'Memorias de una infamia'. Ahora está en España contando esta historia. "Si una niña fue tan valiente de contarme aquello tan horrible que le sucedió, yo no puedo quedarme callada".
Decir que en cadenas de televisión como la poderosa Televisa, Lydia no existe.
Mujeres como ella la reconcilian a una con la profesión.

40 periodistas son asesinados al año en México.
Danny Pearl en Pakistán, cuando investigaba las redes de Al Qaeda, o la reportera rusa Anna Politkovskaya, voz crítica con el presidente Vladímir Putin, son otras muertes recientes.

5 comentarios:

CarmenS dijo...

Me quedo con esa frase tuya: la actitud de esta mujer la reconcilia a una con una profesión que está adulterada, manipulada, explotada, viciada... Pero mientras haya periodistas como Lydia, hay esperanza de que la prensa tenga un valor social

Anónimo dijo...

Cómo me alegra tu vuelta Aroa. Y con qué fuerza lo has hecho. Me encanta que traigas este tipo de cosas por aquí. Estoy especialmente sensibilizada con ese tema. Y los periodistas como Lidia y como tu podéis hacer mucho.Un abrazo de bienvenida.Erato

carmen moreno dijo...

Bueno, hay de todo, como en todas partes, Aroa. Están los periodistas, como los escritores, como los carniceros que se ponen al servicio del poder. A esos los mata la historia.
Y están los valientes, los que se enfrentan a las injusticias y luchan como pueden con lo que tienen. Qué bien que aún queden personas como vosotros.
Qué mal que muchos caigan por los demás.

Gemma dijo...

Aunque sean contadas las excepciones en que veamos casos de valentía e integridad como la de esta mujer, tan reseñables, ¡benditos sean!

Gracias a ellos, hay esperanza
Beso

Anónimo dijo...

Yuts, daw palagpat imo blog.