No temas a los cometas Aroa: ya se aseguró Kepler de que se pasen la mayor parte del tiempo lejos, lejísimos. Y cada vez que se arriman hierven y se desmelenan, y se escaldan, y por eso se vuelven aullando a sus abismos de hielo y nada por unos cuantos siglos.
Y las ciudades y los pelos, bueno, siempre se puede hacer a la inversa, trazar mapas y rastrear, olisqueando ciudades, a cuál huele qué pelo.
4 comentarios:
Qué ternura.
Y qué maravilla de dibujo el de Carla.
No temas a los cometas Aroa: ya se aseguró Kepler de que se pasen la mayor parte del tiempo lejos, lejísimos. Y cada vez que se arriman hierven y se desmelenan, y se escaldan, y por eso se vuelven aullando a sus abismos de hielo y nada por unos cuantos siglos.
Y las ciudades y los pelos, bueno, siempre se puede hacer a la inversa, trazar mapas y rastrear, olisqueando ciudades, a cuál huele qué pelo.
¿A qué ciudad huele tu pelo?
Me encanta la ilustración.
Hermoso
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