Muy bien construida esta minucia de seis versos pequeñitos, la chulería salvándote del deshacimiento. La chulería es muy importante en esta vida, sin ella perderíamos territorio, y pie, constantemente. Y en un poema afianza la esperanza.
(el posto de la fantasma, abajo, estupendo). (¿la reconociste? ¿o no hablamos de eso?).
Esta historia se la conté a dos personas, una de ella va al taller. Me sucedió hace algo más de un mes.
Me acosté hacia las 11. En la sala, viendo una película, estaban L y mi hijo, que había pasado por casa y se había quedado a cenar. De pronto oí abrir y cerrar la puerta del dormitorio, unos pasos "apagados" y se encendió la TV. Creí que había entrado L, pero en ese momento oí a "L" y a "l" en la sala, que abrían el balcón. Tuve una imagen muy potente y MUY importante para mi vida. Con el brazo que tenía fuera toqué la mesa de al lado de la cama, para cerciorarme de que no estaba soñando. Más tarde entró L. Yo seguía en la misma posición, en la oscuridad. L me preguntó, cuando por fin entró de verdad, si estaba dormido y por qué tenía la televisión encendida. Yo le pregunté dónde estaba el mando y me contestó que en la librería, absolutamente fuera de mi alcance. Comprendí entonces que quién me "provocó" esa imagen había creado toda esa esecenografía para que le diera el valor que tenía y no pensara que era una ensoñación.
Siempre dudo, (se que puede entrar cualquiera aquí a decirnos a los dos que estamos locos), del poder de la sugestión, y más cuando hay fases de sueño por medio. Pero la televisión. ¿Te sentiste asustado o bien?
Hay ausencias que nos rodean, y que nos urge provocar su imagen.
Tengo otra historia que me pasó. No es triste ni de terror, es bastante inocente a su manera. Pero cada vez que la he contado me dan escalofríos por el cuerpo, y prefiero que esté lejos la noche. Luego siempre pienso lo mismo, que sea lo que sea lo que provoca una imagen, una sensación... (y esto sí nadie nos lo puede rebatir porque sentimos, vemos, intuimos, ...) algo incontrolable las trae, seamos nosotros: nuestro cansancio, nuestros miedos, nuestra mente,... pero que na da va a pasar. Estamos rodeados de gente que nos quiere. También cuando abrimos los ojos.
Y sí me asusté. Por eso me quedé despierto, sobre el costado derecho, sin darme la vuelta.
Quizá susto no sea la palabra correcta, porque remite a miedo. Cuando hay cruces de umbrales, si no los he provocado yo me da una desagradable sensación de accidente que no deseo.
Otra historia: La noche después de que muriera su abuelita, hacia las 4:00 de la madrugada (la misma hora en la que había muerto la noche antes), el teléfono se puso a sonar con un sonido extraño. Nuestra protagonista estaba sola entonces, pero supo que se trataba de ella por la coincidencia y la rareza de la llamada (el teléfono sonaba como un timbre, seguido, fue la primera y única vez que lo hizo de ese modo); así que descolgó y preguntó. Al otro lado se oía un leve zumbido solo. Como el teléfono no dejaba de sonar, tuvo que pedirle que se callara; que se fuera de una vez; que se marchara en paz. Y así lo hizo. Después de aquello, ella se sintió bien, acompañada para siempre; si es que una compañía de esa clase es posible.
¡Qué buena, Mega! (yo tengo otra de teléfono, pero no le llega ni a la mitad, de la mitad de la mitad).
¿Por qué no seguimos contándonos esas historias en este post, incluso, o sobre todo, cuando Aroa vaya poniendo otros y este se vaya hacia abajo y nadie lo lea?
yo tengo una, sin mucha historia, pero es mi cuento de hoy ... va en primera persona:
Me fui con mi clase de COU a Salamanca de viaje un mes de enero de finales de los 90. Hacía muchísimo frío. Se me heló el pelo una mañana al salir a la calle. Caminamos mucho. Salimos mucho de noche. Regresé el domingo muy cansada en el tren. muy muy cansada. En casa las cosas estaban tristes. Había una cierta tensión que genera la ausencia cuando se produce. Un color pardo sobre los muebles. Sobre todos. No recuerdo por qué empecé a llorar y crucé el salón, la cocina, el pasillo. Y al llegar a las escaleras me detuve. Tenía una pierna alzada para empezar a subir cuando me quedé congelada. Nunca la había vuelto a ver. La muñeca del vestido verde apareció sentada en la escalera. Mi abuelo había muerto hacía un par de días. Y esa muñeca él la llevó al hospital cuando yo nací.
¡Joder,la de la muñeca! Dejo la del teléfono, que está relacionada con cómo se puede influir en la línea telefónica, pero no tiene relación con los "perdidos". Cuento en cambio otra que es muy animosa pero sí lo está.
Desde que murió mi madre, todos los años, el día de mi cumpleaños, encontré en el suelo un billete de dos mil pesetas, en dos ocasiones de cinco mil, un bolígrafo Parker antiguo que era una maravilla, bolígrafos más baratos que un Parker pero bonitos. Siempre algo.
Un día de mi cumpleaños, que estábamos desde hacía un mes buscando casa porque a principios de julio nos deshauciaban del piso de alquiler, L había ovalado un piso en el periódico. Solo decía que era Malasaña y se pasaba un 30% de nuestro presupuesto, pero no añadía nada más del piso (salvo los metros cuadrados y que tenía 3 balcones). Le dije que era caro y no tenía nada especial. L me contestó que ya había concertado la cita, que le "parecía" que era estupendo porque "sentía" que era el último regalo de cumpleaños de mi madre y tenía que ser especial.
Era una estupidez, pero como la cita estaba hecha, fuimos. Los balcones se abrían a una hermosa perspectiva, una vista abierta, y delante teníamos los jardines de un palacio, con árboles centenarios. Estaba totalmente arreglado, para entrar a vivir. La luz de mayo, por los balcones y por dos patios, más una corrala por el lado contrario, el de la cocina, como era el último piso, bajo los áticos, lo iluminaba todo.
Nos bajaron inmediatamente el precio. Nos liamos la manta a la cabeza. Lo compramos sin esperar más, lo que fue una suerte porque luego tuvimos unos vecinos que llegaron una hora después, lo vieron, compraron otro sin vistas aunque querían el "nuestro" y nos "odiaron" cordialmente los 12 años que fueron vecinos. Si nos hubiéramos citado al revés, lo habríamos perdido.
Este piso nos ha aportado todas las buenas sensaciones que puede dar un piso. A L, a "l" y a mí.
Ya no he vuelto a encontrarme nada el día de mi cumpleaños.
ya conozco al ferretero del barrio y a las dos de las dos tiendas chinas que hay debajo de mi casa... mejor ubicada no puede estar, una a cada lado de la puerta.
aun no me he ido, tengo campos de batalla con barricadas por los pasillos...
pero queda menos y yo no paro de soñar (ahora mismo, esta noche pasada que ya estoy allí
esa señal quería poner... es que con tanta concentración para meter el html (q acabo de redescubrirlo, pequeñas victorias de una),... no me he dado cuenta de que se ha zampado un par de letras
y comiamos juntas en tu casa en el sueño??? que bonito!!! como para no soñar en esa casa...llena de fantasmas (buenos, por supuesto) dispuestos a desvelar sus secretos para que tu les escribas poemas y los llenes de imágenes...
Precioso lo de dejarse deshilachar, y entretenidísimos los "cuentos" de la zona comentarios. La brevedad de los post, la compensan las visitas, y por eso todo es efectivo, me gusta.
Ahora que nos vamos quedando solitos aquí abajo, la historia del teléfono. L y yo llevamos 35 años, en una relación bastante viva, pero por supuesto el camino ha sido largo y ha habido de todo, no es el lugar de hablar de ello, pero "Bien sûr, nous eûmes des orages".
En una época especialmente tormentosa, en la que además ella trabajaba mucho, hablábamos todo lo que podíamos (no había móviles) y, si era posible, varias veces al día. Esa tarde de principios de verano ella estaba en Viena. Preparé mis cojines para meditar (todavía no tenía un zafu), me senté en ellos, me desentumecí y en ese momento pensé "Mierda, no he descolgado el teléfono. No importa, NO me va a llamr nadie".
Entré en una meditación profunda de la que salí con un movimiento brusco, como esos saltos que dan a veces las piernas en el momento en que nos estamos durmiendo. Me levanté, me estiré y en ese momento sonó el teléfono.
Era ella, bastante cabreada. Me dijo: "¿Con quién estabas hablando?, llevo hora y media llamándote sin parar y no dejabas de comunicar".
esto no tiene mucho misterio, pero no deja de ser curioso que una vez escribí en este blog: Espacio vacío: la vida va a llenarse matices y tan sólo días después me llamaron para un nuevo trabajo, me encontré una persona nueva por las noches, el huracán-casa comenzó a moverse... la intuición, otra vertiente de lo inexplicable...
Seguro que fue una avería, pero que coincidió, exactamente, con el tiempo que estuve meditando y expresé el deseo de que NO me llamaran.
Siempre son coincidencias difícilmente explicables, pero no quiero dar a entender que toda coincidencia difícilmente explicable se explica perfectamente con una teoría rara, de esas del programa ese de la 4.
Recordé la historia al leer la magnífica historia de Mega. No le preguntaré si sucedió o es un pequeño relato. Tampoco importa. En este rinconcito ya semioculto caben todas las historias de coincidencias difícilmente explicables: desde la avería rara al "acompañamiento" imposible. ¿Verdad, Aroa?
Verdad, Nán. Se trata de una historia "real" en tanto que vivida, pero con visos de irreal, por lo inverosímil del relato.
Sea como fuere, para mí fue hiperreal...
(Nán querido, me parece que no voy a poder seguir el hilo de tu hermosa propuesta: no tengo más historias extrañas vividas -y vívidas- que contar... de momento.)
tan real como conducir, como beber agua, como ver la televisión nocturna...
seguro que Nán tiene más
yo voy a hacer memoria para no falsear los datos, pero no sé por qué, o sí, México es propensísimo a lo inexplicable... guardo una de estas, para la siguiente de Nán... si se anima...
24 comentarios:
Pues hombre, más que nada que es una putada volver a hilacharte.
Muy bien construida esta minucia de seis versos pequeñitos, la chulería salvándote del deshacimiento. La chulería es muy importante en esta vida, sin ella perderíamos territorio, y pie, constantemente. Y en un poema afianza la esperanza.
(el posto de la fantasma, abajo, estupendo). (¿la reconociste? ¿o no hablamos de eso?).
no la reconocí Nán físicamente, pero sí se quién era...
no la conozco en persona, pero se quien es... raro
no es una mujer que asuste, pero en casa, de madrugada y sin avisar, el gritito me sacó
un abrazo 2
¿cómo va el bigote?
seco.
Esta historia se la conté a dos personas, una de ella va al taller. Me sucedió hace algo más de un mes.
Me acosté hacia las 11. En la sala, viendo una película, estaban L y mi hijo, que había pasado por casa y se había quedado a cenar. De pronto oí abrir y cerrar la puerta del dormitorio, unos pasos "apagados" y se encendió la TV. Creí que había entrado L, pero en ese momento oí a "L" y a "l" en la sala, que abrían el balcón. Tuve una imagen muy potente y MUY importante para mi vida. Con el brazo que tenía fuera toqué la mesa de al lado de la cama, para cerciorarme de que no estaba soñando. Más tarde entró L. Yo seguía en la misma posición, en la oscuridad. L me preguntó, cuando por fin entró de verdad, si estaba dormido y por qué tenía la televisión encendida. Yo le pregunté dónde estaba el mando y me contestó que en la librería, absolutamente fuera de mi alcance.
Comprendí entonces que quién me "provocó" esa imagen había creado toda esa esecenografía para que le diera el valor que tenía y no pensara que era una ensoñación.
Estamos rodeados de gente que nos quiere.
Gracias por la historia Nán.
Siempre dudo, (se que puede entrar cualquiera aquí a decirnos a los dos que estamos locos), del poder de la sugestión, y más cuando hay fases de sueño por medio.
Pero la televisión. ¿Te sentiste asustado o bien?
Hay ausencias que nos rodean, y que nos urge provocar su imagen.
Tengo otra historia
que me pasó. No es triste ni de terror, es bastante inocente a su manera. Pero cada vez que la he contado me dan escalofríos por el cuerpo, y prefiero que esté lejos la noche. Luego siempre pienso lo mismo, que sea lo que sea lo que provoca una imagen, una sensación... (y esto sí nadie nos lo puede rebatir porque sentimos, vemos, intuimos, ...) algo incontrolable las trae, seamos nosotros: nuestro cansancio, nuestros miedos, nuestra mente,... pero que na da va a pasar. Estamos rodeados de gente que nos quiere. También cuando abrimos los ojos.
Con los ojos abiertos, no tanto ni tantos.
Y sí me asusté. Por eso me quedé despierto, sobre el costado derecho, sin darme la vuelta.
Quizá susto no sea la palabra correcta, porque remite a miedo. Cuando hay cruces de umbrales, si no los he provocado yo me da una desagradable sensación de accidente que no deseo.
Me encanta :)
¿Cómo que y qué? Pues que yo me deshago...
Otra historia:
La noche después de que muriera su abuelita, hacia las 4:00 de la madrugada (la misma hora en la que había muerto la noche antes), el teléfono se puso a sonar con un sonido extraño. Nuestra protagonista estaba sola entonces, pero supo que se trataba de ella por la coincidencia y la rareza de la llamada (el teléfono sonaba como un timbre, seguido, fue la primera y única vez que lo hizo de ese modo); así que descolgó y preguntó. Al otro lado se oía un leve zumbido solo. Como el teléfono no dejaba de sonar, tuvo que pedirle que se callara; que se fuera de una vez; que se marchara en paz. Y así lo hizo. Después de aquello, ella se sintió bien, acompañada para siempre; si es que una compañía de esa clase es posible.
¡Qué buena, Mega! (yo tengo otra de teléfono, pero no le llega ni a la mitad, de la mitad de la mitad).
¿Por qué no seguimos contándonos esas historias en este post, incluso, o sobre todo, cuando Aroa vaya poniendo otros y este se vaya hacia abajo y nadie lo lea?
ay
se me ha erizado la piel Mega.
yo tengo una, sin mucha historia, pero es mi cuento de hoy ... va en primera persona:
Me fui con mi clase de COU a Salamanca de viaje un mes de enero de finales de los 90. Hacía muchísimo frío. Se me heló el pelo una mañana al salir a la calle. Caminamos mucho. Salimos mucho de noche. Regresé el domingo muy cansada en el tren. muy muy cansada. En casa las cosas estaban tristes. Había una cierta tensión que genera la ausencia cuando se produce. Un color pardo sobre los muebles. Sobre todos. No recuerdo por qué empecé a llorar y crucé el salón, la cocina, el pasillo. Y al llegar a las escaleras me detuve. Tenía una pierna alzada para empezar a subir cuando me quedé congelada. Nunca la había vuelto a ver. La muñeca del vestido verde apareció sentada en la escalera. Mi abuelo había muerto hacía un par de días. Y esa muñeca él la llevó al hospital cuando yo nací.
Nano, la tuya... cuenta...
¡Joder,la de la muñeca! Dejo la del teléfono, que está relacionada con cómo se puede influir en la línea telefónica, pero no tiene relación con los "perdidos". Cuento en cambio otra que es muy animosa pero sí lo está.
Desde que murió mi madre, todos los años, el día de mi cumpleaños, encontré en el suelo un billete de dos mil pesetas, en dos ocasiones de cinco mil, un bolígrafo Parker antiguo que era una maravilla, bolígrafos más baratos que un Parker pero bonitos. Siempre algo.
Un día de mi cumpleaños, que estábamos desde hacía un mes buscando casa porque a principios de julio nos deshauciaban del piso de alquiler, L había ovalado un piso en el periódico. Solo decía que era Malasaña y se pasaba un 30% de nuestro presupuesto, pero no añadía nada más del piso (salvo los metros cuadrados y que tenía 3 balcones). Le dije que era caro y no tenía nada especial. L me contestó que ya había concertado la cita, que le "parecía" que era estupendo porque "sentía" que era el último regalo de cumpleaños de mi madre y tenía que ser especial.
Era una estupidez, pero como la cita estaba hecha, fuimos. Los balcones se abrían a una hermosa perspectiva, una vista abierta, y delante teníamos los jardines de un palacio, con árboles centenarios. Estaba totalmente arreglado, para entrar a vivir. La luz de mayo, por los balcones y por dos patios, más una corrala por el lado contrario, el de la cocina, como era el último piso, bajo los áticos, lo iluminaba todo.
Nos bajaron inmediatamente el precio. Nos liamos la manta a la cabeza. Lo compramos sin esperar más, lo que fue una suerte porque luego tuvimos unos vecinos que llegaron una hora después, lo vieron, compraron otro sin vistas aunque querían el "nuestro" y nos "odiaron" cordialmente los 12 años que fueron vecinos. Si nos hubiéramos citado al revés, lo habríamos perdido.
Este piso nos ha aportado todas las buenas sensaciones que puede dar un piso. A L, a "l" y a mí.
Ya no he vuelto a encontrarme nada el día de mi cumpleaños.
señal es muy bonita Nán!
ya conozco al ferretero del barrio y a las dos de las dos tiendas chinas que hay debajo de mi casa... mejor ubicada no puede estar, una a cada lado de la puerta.
aun no me he ido, tengo campos de batalla con barricadas por los pasillos...
pero queda menos
y yo no paro de soñar (ahora mismo, esta noche pasada que ya estoy allí
esa señal quería poner... es que con tanta concentración para meter el html (q acabo de redescubrirlo, pequeñas victorias de una),... no me he dado cuenta de que se ha zampado un par de letras
y comiamos juntas en tu casa en el sueño??? que bonito!!!
como para no soñar en esa casa...llena de fantasmas (buenos, por supuesto) dispuestos a desvelar sus secretos para que tu les escribas poemas y los llenes de imágenes...
como (tan bien) siempre haces
Vuelvo a tu blog como a lo mejor de la rutina rota por las prisas. Leo tu poema. Me hilo en él.
Besos
Precioso lo de dejarse deshilachar, y entretenidísimos los "cuentos" de la zona comentarios. La brevedad de los post, la compensan las visitas, y por eso todo es efectivo, me gusta.
Ahora que nos vamos quedando solitos aquí abajo, la historia del teléfono. L y yo llevamos 35 años, en una relación bastante viva, pero por supuesto el camino ha sido largo y ha habido de todo, no es el lugar de hablar de ello, pero "Bien sûr, nous eûmes des orages".
En una época especialmente tormentosa, en la que además ella trabajaba mucho, hablábamos todo lo que podíamos (no había móviles) y, si era posible, varias veces al día. Esa tarde de principios de verano ella estaba en Viena. Preparé mis cojines para meditar (todavía no tenía un zafu), me senté en ellos, me desentumecí y en ese momento pensé "Mierda, no he descolgado el teléfono. No importa, NO me va a llamr nadie".
Entré en una meditación profunda de la que salí con un movimiento brusco, como esos saltos que dan a veces las piernas en el momento en que nos estamos durmiendo. Me levanté, me estiré y en ese momento sonó el teléfono.
Era ella, bastante cabreada. Me dijo: "¿Con quién estabas hablando?, llevo hora y media llamándote sin parar y no dejabas de comunicar".
nan, no sé si requiere una vuelta más al pensamiento esta historia que yo no alcanzo...
¿cuál fue tu forma de explicártelo?
pudo ser... casualidad, la línea está mal, pero estoy segura que hubo otra explicación...
o una mente desaprovechada en la vida diario y no en la meditación
esto no tiene mucho misterio, pero no deja de ser curioso que una vez escribí en este blog: Espacio vacío: la vida va a llenarse matices y tan sólo días después me llamaron para un nuevo trabajo, me encontré una persona nueva por las noches, el huracán-casa comenzó a moverse...
la intuición, otra vertiente de lo inexplicable...
http://dehuida.blogspot.com/2007/12/espacio-vaco-la-vida-va-llenarse-de.html
Seguro que fue una avería, pero que coincidió, exactamente, con el tiempo que estuve meditando y expresé el deseo de que NO me llamaran.
Siempre son coincidencias difícilmente explicables, pero no quiero dar a entender que toda coincidencia difícilmente explicable se explica perfectamente con una teoría rara, de esas del programa ese de la 4.
Recordé la historia al leer la magnífica historia de Mega. No le preguntaré si sucedió o es un pequeño relato. Tampoco importa. En este rinconcito ya semioculto caben todas las historias de coincidencias difícilmente explicables: desde la avería rara al "acompañamiento" imposible. ¿Verdad, Aroa?
Verdad, Nán. Se trata de una historia "real" en tanto que vivida, pero con visos de irreal, por lo inverosímil del relato.
Sea como fuere, para mí fue hiperreal...
(Nán querido, me parece que no voy a poder seguir el hilo de tu hermosa propuesta: no tengo más historias extrañas vividas -y vívidas- que contar... de momento.)
Abrazos varios
tan real como conducir, como beber agua, como ver la televisión nocturna...
seguro que Nán tiene más
yo voy a hacer memoria para no falsear los datos, pero no sé por qué, o sí, México es propensísimo a lo inexplicable... guardo una de estas, para la siguiente de Nán... si se anima...
besos
Claro que me animo, pero a la vuelta de mi viaje (gurádala bien, Aroa).
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