En la taza dice Lisboa. Nos prometimos ir. Ahora contigo. Y ese sueño de ayer. Un paso de cebra repetido cada vez que el reacoplamiento. No sé si tratabas algo temprano o sólo era respirar. Café y cigarro. Anís y tostadas. El bar. La mujer vieja se limpia meticulosamente las comisuras de la boca. La joven fuma mirando a nadie. El mundo, celoso y arisco, busca razones para doblarnos la espalda. La hipoteca me tiene sujetos los tobillos. No pienso caer. Haría falta que yo no desease tanto que sucediera. Haría falta que fuéramos más débiles. La mujer mayor se pone el abrigo con mucho trabajo. Hija y madre se marchan. El hombre se enciende un cigarro. No malgastes energía, te escribo. El hombre tiene los hombros tristes. El telediario sonríe ante un universo inexplicable. Las ganas. El escozor del amanecer en todas partes. Se me ha quedado frío, después de ti, el café. Feliz fin de semana – nos desean. Sólo debería haber motivos para construir diarios cuando puedan vernos, los impertinentes, dormir.
5 comentarios:
¿Watanabe? ¿Naoko? ¡Hum!
"Sólo debería haber motivos para construir diarios cuando puedan vernos, los impertinentes, dormir."
Eso es como para suspirar.
Muy bonito el texto y las fotos.
Besos,
un fan.
¿Hum? no recuerdo a ese... suspire david
tal vez le suene el escenario...
eres mi primer fan !
qué cosas persona que te llamas como el barrio que deseo deseo deseo habitar
jiji
Quiero ser esa taza de café; o un diario nocturno que se escriba con la voz.
Hay dos que llevan mil besos para ti, desde Cádiz.
Yo también me sumo a los besos desde Cádiz. Y desde un poquito más arriba te mando también un abrazo. Granada tiene mucho para enviarte desde la torre de la cautiva;) Erato
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