Digital. Bloc de notas.
La Simone: garúa y milonga.
Ahora
la marca de agua
que dejas luego
sobre la cama.
El argentino afónico.
Pequeña desinteresada del orden.
Viajeros de madera.
Tos acústica.
Comandante
en mi pecho.
Voz canalla.
Cae el agua de un cactus hinchado
al suelo marcando
como un minutero
el tiempo que hace de una puerta.
La tapicería de este domingo
tiene manchas en el cielo
de almidón.
Solo pienso en las manos.
Aserrrín de los cuerpos.
La caída de aquella calle
a través de mis piernas.
Luego unos acordes maniatados.
Extraña conspiración de música
para este domingo de semillas
ciclónicas.
4 comentarios:
¿¡Unos versos al Spotify!?
Tiembla Fernandez Mayo en su ataud, si es un vampiro y duerme en uno, como probablemente sea el caso.
(Y ¿cuántas erres tiene aserrín, Aroíta?)
En cualquier caso: desconfía siempre de las músicas que suenan al azar. Desconfía de que aburran, que no traigan señales que nosotros, alegres y bobos, nos inventaremos a placer.
El modo random es lo mejor que se ha inventado en música desde que a alguien se le ocurrió ponerle dos bombos a una batería.
la música se alza siempre en tus esdrújulas
Pues yo me enteré del Sptify hace unas pocas semanas...¿tendrá que ver con lo de los acordes maniatados?...me dejas con la duda
mmmnnn...besos
Crucify es mucho más bonito. Todavía no está inventado. Una aplicación que solo sirva para crucificar.
El poema suena bien, pero el tema me desentona.
Mantén el sonido abierto.
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