A Dios le gustan las paraguayas. Me lo hizo saber ayer en una acera de la calle San Bernardo. Y compartimos una. Él se tragó su mitad con hueso. Huele bien. Me dio varios abrazos y un beso. Dios va vestido con una camisa abierta y pantalón corto vaquero. Va descalzo y es mudo. Tiene el pelo largo y blanco y la barba le cubre hasta la cintura. Siempre está sonriendo y se ofende mucho si le ofreces dinero. Me dio su dirección y me escribió en una cartulina blanca, sin yo decirle nada, que si quería un trabajo, buscase la fuerza dentro de mí. Me preguntó Dios que qué me faltaba. Y yo le dije que nada. Entonces me dijo que compartiera todo. La gente se asombró mucho viéndonos hablar. Sobre todo unos muchachos chinos. Yo había quedado con el fotógrafo en su casa, y llegué tarde porque Dios me tuvo una hora enredada en gestos y palabras. No me creyó cuando le expliqué por qué tardé tanto en llegar.
Dios vive en Malasaña. Seguramente lo hayan visto pasar alguna vez.
Dios vive en Malasaña. Seguramente lo hayan visto pasar alguna vez.
10 comentarios:
Es que el fotógrafo es tremendamente ateo, ya sabe usted, y eso de "llego tarde porque he estado hablando con Dios" le sonó rarísimo, se lo digo yo, créame usté.
Igual no lo hemos visto porque siempre vamos con prisa por las aceras y no reparamos en lo que ocurre a nuestro alrededor. O porque dios es tan etéreo que no se le puede captar sin ciertas dotes mentales.
aquel hombre me paró, escribió 'cómo te llamas' yo le dije 'aroa' y el escribió, 'yo dios'
Va tanto por las calles que pasa desapercibido.
Desconocía que podía manifestarse. Lo que sé es que ya estaba aqu´´i cuando yo llegué.
que grande eso de que dios va tanto por las calles que pasa desapercibido...
Y que te pares a hablar y te dejes abrazar por Dios me parece la más grande y hermosa aventura que he leído. Pobre fotógrafo (ji!).
llévame a ver a dios
desde la primera comunión que no tenía un pensamiento tan místico
pero contigo seguro que existe
(ay, fotógrafo, cómo eres)
Hola, Aroa:
Llegué hasta aquí desde el blog de Océano de Gondal y de Área de descanso y me puse a leer un par de entradas.
Me gustó mucho este texto del encuentro con Dios en las calles de Madrid. Te dio dos grandes consejos (busca la fuerza dentro de ti, comparte todo). ¡Qué pena que casi siempre vayamos tan deprisa que no le vemos ni le escuchamos! Pero, ... EL está ahí. Párate a conversar cada vez que encuentres. Y, si el fotógrafo no te cree, pues... peor para él.
si pasean, beben, viven o van a un taller por Malasaña, lo verán alguna vez
fuera de mística
otra cosa es hablar con él
(no he fumao nada)
come paraguayas y huele como dios
no habla pero se comunica
y dios garcía o como sea que se llame existe, tengo prueba en un papelito en casa del fotógrafo
mucha gente nos vio charlar
¡hola lui lu!
gusto verte pasar por aquí
más o menos es lo mismo que me pasa a mí, que pataleo porque nadie me cree o creen que tengo experiencias sublimes...
un abracillo fuerte volando hasta tu colchón...
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