Lo mejor de tí mismo.
Yo ya me he descubierto.
La dulzura
asesina.
Llevo algo letal escondido en la espalda.
Tú mientras te sonríes
sentado en una vía
como si aquellos trenes
pasaran todo el tiempo.
Apriétame el instinto
la rabia de los años
sujétame las manos
en el arma
y tápame ese grito.
(Qué hacemos con el cuerpo)
5 comentarios:
Tapar un grito, hum.
Vale, a ver qué se puede hacer para poner una sonrisa ahí.
Haré acopio de munición.
La imagen es tan bella como todas tus imágenes. Pero suelta el grito, entrégalo, tráelo al mundo de los vivos.
¡Un beso grande de día de reyes!
Una de tus artes es generarme con golpe raro en el pecho cada vez que te leo. Este poema es inquietante y sobrecogedor.
Gracias, amiga
Aroaaaa ¿cuánta tú fuera de tí!
Es un poema precioso
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