Tulum,
atardecer
7 de agosto de 2007
Hundo los pies en la arena blanca. Me acerco a los peces de colores cerca de los arrecifes de Akumal. Los corales adquieren sinuosas formas en los claros del océano. Acaricio sus estambres retorcidos bajo una cadencia de corrientes internas, de cuerpo mecido por la inmensidad. Rozo el musgo. El pez loro esconde su verde brillante entre la cordillera. Nos cerca una barracuda. Suspendida en el azul turquesa del mar Caribe escucho el galope agitado de la respiración por el tubo de plástico, es el único sonido que me llega allá abajo. Corrientes frías acarician la espalda quemada al sol. Hemos tenido una tormenta, luz de vela en la cabaña de madera. Despertarse y caminar descalza hasta la orilla. Sumergirse en el mar, flotar, no pensar, no sentir nada, seguir soñando. Olvidar el trabajo, Madrid, el quebrado corazón. Olvidar las 16 horas del viento de noche en la batea, la lluvia.
Mientras escribo, los pescadores cocinan un caracol. Lo sacaron del mar hace unas horas. Lo arrancaron de su exótica concha esta mañana. Cortan el chile, los tomates, la cebolla. El jugo del limón contrae al animal. Su carne es suave, pero dura. Dicen que tiene un fuerte poder afrodisiaco.
Las ruinas de Tulum nos vigilan. Atardece su sombra sobre el agua, como la nuestra.
Baila mi silueta borracha de cielo bajo las palmeras y entre las barcas. Hay tantas estrellas que no soy capaz de ubicar las constelaciones. Se derrama el tequila. El columpio me aleja. Nos sentamos sobre un tronco en la playa y ya ni nuestras zonas más oscuras - perfiles cortados sobre la arena blanca- silenciosas, alargadas, nos reconocen.
Yo me busco y no te encuentro.
El sargazo enrojece la piel, que no descansa.
regresamos a Córdoba...
Para Justin
que hizo tan 'amable'
la primera parte del viaje
11 comentarios:
Yo no pude comer caracol,apenas si comia unos trozos de la barracuda que a lo mejor era la que los cercaba. Tulum genial. Tienes razon que no se podian contar las estrellas, y la luna nunca aparecio en esa playa el rato en el que estuve...Tengo las cosas claras y se que no pertenezco aqui desde que venia en la batea..Perdi la cuenta de los dias que llevo sin dormir y lo peor que me la paso pensando tantas cosas. Nos vemos pronto o mas bien dicho seguire siendo letras de internet. SUERTE EN LA SEGUNDA PARTE...
si apareció la luna, naranja, creciente, baja... pero no la supiste ver...
por aquí estaré yo también, encontrarme es muy fácil, por aquí y allá
también suerte en tu viaje
algo más largo va a ser
un abrazo
también más fuerte
no pienses
Pues de largo nada, yo el lunes o martes me regreso, te digo que no soy de aqui...Este asfalto con arena no me da paz...voy por mi maestria...
Ya veo que estas viviendo unos momentos magníficos en lugares con duende Aroa. Disfruta todo la intensidad que da saber que ningún momento se repite y es único. Yo seguiré leyendote. Es un gusto. Como siempre. Un abrazo.
-quiero verte antes de irme, dame unas coordenadas porfa de menos de 15 horas... vuelo el jueves a Madrid
- gracias erato por leer. ahora estoy en Puerto Escondido, tracé una diagonal a méxico y cambié de costa... gracias gracias por seguir este especial viaje para mí
desde otra costa yo también te sigo. Con la historia que siempre se repite en Madrid y con reencuentros breves en Cádiz. un beso,aru
Es falso que viva más la literatura que la vida. Pero lo que se dice (escribe) me interesa casi automáticamente (si tiene interés). México para mí han sido dos libros; aunque luego ha habido otros, esos dos son los grandes amores del descubrimiento: "Bajo el volcán", de Malcolm Lowry, y "Detectives salvajes", de Bolaño. (también el que vuelve a salir en "2666"). En los abanicos que abrieron los dos libros encajo tus crónicas, por lo que tienen de cercanas a lo que sientes cerca.
Se derrama (siempre) el tequila. [eso interesa siempre]. «Mientras escribo, los pescadores cocinan un caracol.» [¿por qué interesa eso? Es provocadora la imagen de alguien escribiendo mientras otros "hacen" algo (y yo nunca he escrito mientras unos pescadores cocinaban un caracol)].
Creo que, aparte de un saludable narcisismo, hay en algunos blogs una generosidad en el decirse. Que es de agradecer (y lo agradezco).
Pues al final creo que no sera posible vernos, yo no he comprado boleto aun y yo pienso que me ire como por el miercoles o jueves para cordoba, no lo se aun...pues que tengas buen viaje...
Church...a veces hace falta irse muy lejos para darse cuenta de a que lugar pertenece cada uno...me alegro que te hayas encontrado...
yo sigo perdida pero mas viva que nunca...y siempre en este maldito lado del atlantico
jar...komm schon...ich vermisse dich...so viel zu erzaehlen...
Maria
nàn, desde aquì... (ahora una construcción de ladrillo que absorbe todo el calor de la costa pacìfica, y es mucho) cuento sin preguntarme por què lo hago, màs bien creo necesitarlo. Resulta inevitable pensar que alguien vaya a leer, pero solamente quise explicar ese instante. Alejarme de todos, del jaleo de los pescadores cocinando, de la paz de los compañeros dormidos. Querìa que alguien pudiera imaginar como rechina el bolìgrafo cuando tu mesa es arena del mar, cuando el ruido de las olas tapa cualquier murmullo. Nunca creo, por muchos datos, precisos, narcisistas, involuntarios que de, que pueda explicar aquel momento.
Para mí, México no son estas vacaciones exóticas. Es un año de vida aquì, una ciudad irregular que la guía define como carente de atractivos, qué sabrán, son muchos aterrizajes, tantas despedidas que ya, en ocasiones, me cuesta sentirlas como lo que realmente son. Permíteme el coctel de palabras y resaca de mar, de literatura y falta de voluntad de bitácora. Permíteme todo, la falta de tiempo, viaja conmigo.
marti, aquí vais, en el fondo del macuto, junto a mis zapatos... donde me cuesta alcanzaros con la mano, pero donde sé que andais...
Ich habe großes Durcheinander, Ich weiss nicht, zu wen oder was ich soviele Tage verpasst habe...
El permiso retórico para todo está expedido y firmado. A cambio, seguiré leyendo-te. Que muchas veces no diga nada no significa que no siga con atención este viaje. Escribir sabiendo que alguien lee es estupendo, porque la escritura no se calcifica. Y es increíble la cantidad de gente que lee, sin decir nada.
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