El abuelo cuenta historias de lobos sentado al sol. Los calcetines de lana arrugados en los tobillos. Un surco de su cara por el hermano muerto, otro por aquel invierno de la montaña. “Ni blanco ni colorao, lo malo es que vivan de esto”. Un esqueleto de madera se retuerce sobre nosotros y prepara sus yemas al sol de invierno. En verano será vencido por el peso de los racimos.
Detrás de mí, las mujeres hablan mientras embuten la carne del animal. Muerto anoche de un tiro. Apenas se conocen pero existe una camaradería ruidosa entre ellas. La mayor de todas pide un bisnieto al aire, llegar al siguiente cumpleaños. Lo dice mientras anuda con certeza el cordón blanco, sus manos son las que ven. Todas juntan la piel, comparan las manchas de los años. Van poniendo nombre a los extraños: Rafael, Nieves, Carmen. Pellizcan las piezas y ríen, obscenas.
Toda la casa huele al ajo picado y a las especias. Hay restos de orégano y pimentón en nuestros zapatos. Pero no sé distinguir el olor de la sangre a borbotones. "Los chicos a comer somarros a la Cabezuela -sigue el abuelo-, que no incordien. De espaldas al sol, chiquilla -se interrumpe-, que te vas a constipar".
Alrededor, la montaña aun está herida de frío. Imagino crujir la tierra, desperezándose en el deshielo, ajena a la gesta de esta nueva familia.
12 comentarios:
Qué bien que escribes el asunto de Muerte y Vida.
Y QUE BUENOS NOS SALIERON LOS CHORIZOS.....YO NO SOY TAN FINA COMO NáN....
MA
por favor! chorizo es una palabra antipoética en esta casa, te voy a censurar señora Ma
Aroa: chorizo es una palabra preciosa. Viene del latín, de salsicĭum.
Y está buenísimo ;-)))))
salsicĭum mucho mejor
Me encanta :)
quiero ir a una con vos!
al próximo san martí o aprox tendrá que ser...
ir conmigo, de todas formas, no tiene mucho encanto, hago puaj puaj todo el rato
Si cierro los ojos huelo a matanza, si los abro el color rojo-rosa lo inunda todo.
Lo cuentas muy bien, he estado allí.
Besos
Vengo aquí por recomendación de un amigo común, Portorosa, y quiero decirte que hacía mucho tiempo que no descubría un lugar como el tuyo, estoy deslumbrado. Me gusta mucho cómo escribes y también lo que escribes. A partir de ahora tienes un nuevo lector. Qué bien poder leer desde el principio, sin prisa. Portorosa me ha dicho que eres poeta y tiene toda la razón. Un saludo.
Hola Isabel! Gracias! Espero que, ademas de estar, hayas podido probar algo...
Jesús, espero estar a la altura de una recomendación del señor Portorosa. En cualquier caso, gracias por tu visita y tus palabras, alientan. Esta es tu casa. Un abrazo.
Cuánto saben los rituales antíguos, los que parecen triviales. Y qué poca atención les prestamos.
Un beso.
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