Él se parece en algo al protagonista de El secreto de sus ojos. Precisamente en eso, en los ojos. Que son oscuros, a diferencia. Pero tiene esa misma forma de permanecer en silencio, de descifrar que las imágenes de hoy en la película carecen de luz, que la vida sin lo esencial está apagada. Yo nunca me doy cuenta de esos detalles y por eso, nunca tengo claro quién es mi director de cine favorito, ni reconozco la belleza de la composición de cualquier obra de arte. A veces, yo nunca me doy cuenta de nada. La que debería permanecer alerta ante los claroscuros soy y, sin embargo, es él el que sabe rescatar la importancia de lo leve, de los días, del café que me trae cada mañana, de nuestro lenguaje inventado, de la luz que se refleja sobre la calle Manzana deshecha a mediodía cuando salimos de Casa Federica y recorremos los metros y él cuenta los pasos. Yo corro y él, en su silencio, despierto, va destapando la rutina, teclea de madrugada, duerme con el labio superior descansado, aprende a difuminar su rastro por mi casa. Imagino que todo esto tiene cierta cursilería pero no me importa, a estas horas, no me siento capaz de enumerar los millones de segundos. ¿Acaso hay algo que merezca más la pena ser contado?
11 comentarios:
Ay, eso de contar los pasos por la calle.
Suerte tiene el sujeto ese de que no tengas un blog como el suyo. Si no ¡menuda imagen daría!
Claro que menuda imagen das tú: "yo corro".
Mentirosa: tú vuelas.
La película no creo que la vaya a ver hasta que unos años hayan sentado su verdad.
Pero el libro que lees sí que lo estoy leyendo.
Entre sus pasos y los tuyos, corretea la magia, aquí una mirada, más allá un beso...¡zas! ahora un arco iris de colores para los dos.
Lindo, Aroa
Ya que alguien ha ido por mi blog puntualizando, me tomo la libertad de hacer yo lo propio: no era que las imágenes carecieran de luz, sino de saturación. Lo que sucede en el "presente" de la película tiene los colores desvaídos, lo que le da toda la vida, en un contraste muy curioso, y toda la intensidad al pasado.
Y llama la atención porque, bueno, hay grandes fans de la desaturación por ahí, tu sabes.
(La palabra de Google es "tessour", por cierto, qué listo Goo)
no hay nada más que merezca la pena, no, felicidades una vez más (por los millones de segundos)
justo anoche vi esa película
(pero me dormí en el final, ay)
y también yo leo ese libro
De tu blog al de él, como una tonta. Leyendoos con los ojos empañados y las emociones confusas. Y de pronto, mirando por vuestras ventanas, a través de vuestras letras, surge una chispa de esperanza.
Alzo mi copa por vosotros, afortunados.
...Qué bonito estremecimiento, Aroa...
...Me gustan tanto estos guiños, soy tan maruja, siento tanto esa ambigua frontera que delimita el pudor del pornógrafo, que se agradece este calorcito en estos tiempos...
queridos sinsonrojados:
últimamente abandono de más en más el blog por dos razones
que no tengo tanto tiempo
que siento pudor si me pongo a contar que me gusta la lluvia tras el cristal porque, total, a quién le importa lo que mi cabeza piense mientras plof, plof, el agua golpea la calle
que siento pudor si reflexiono sobre cualquier cosa porque hay personas mucho más dotadas que yo para la reflexión y si no tengo un papel de reflexionadora en un periódico será por algo
y retorno
gracias a todos
ahora, hablar de esto me ha sido fácil y bello
oh la palabra es shock
A mi me importa. Disfruto leyéndote. Me gustan tsu reflexiones y tus poemas. Y cuando faltan durante mucho tiempo echo de menos tus letras.
Aunque también sé que eso no es suficiente. Que a uno le debe apetecer escribir, compartir y que no siempre sucede.
Yo misma últimamente he perdido la ilusión por escribir. Confío en que sea temporal. Y que volverán las ganas cuando curen las heridas.
besote y perdón por la confesión pública (yo no tengo pudor). Pero es que es lunes, ha nevado y hace frío, mucho frío aquí donde me encuentro.
marina, te mando una manta de abrazos
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