Yo soy la triste hija
de todas las revoluciones
de la historia.
Tengo un Marx anidando
aquí en el pecho
entre mi corazón
y las conquistas.
Me silba la salida
de todas las revoluciones
de la historia.
Tengo un Marx anidando
aquí en el pecho
entre mi corazón
y las conquistas.
Me silba la salida
de mi tiempo
en los fríos andenes.
Si no llego no soy.
Levanto el puño en alto
y vuela Lenin
gritando por el cielo
abierto y franco
Si no llego no soy.
Levanto el puño en alto
y vuela Lenin
gritando por el cielo
abierto y franco
que no puedo claudicar
en mi contienda.
En la cabeza llevo
prendida sobre el pelo
una estrella
de cinco puntas rojas.
Me pregunta qué hago
sin disparar el arma.
Y aquí lo más pesado
( y en la nuca )
cuchillo como culpa
los siglos de mortal catolicismo
abriéndome conciencia
de pecadora nata.
De cielos y de infiernos
me cuenta beneficios.
Calmaré todo el nervio
y me ataré las manos
para evitar que esto
termine en sangriento
en mi contienda.
En la cabeza llevo
prendida sobre el pelo
una estrella
de cinco puntas rojas.
Me pregunta qué hago
sin disparar el arma.
Y aquí lo más pesado
( y en la nuca )
cuchillo como culpa
los siglos de mortal catolicismo
abriéndome conciencia
de pecadora nata.
De cielos y de infiernos
me cuenta beneficios.
Calmaré todo el nervio
y me ataré las manos
para evitar que esto
termine en sangriento
parricidio.
fotograma de Goodbye Lenin
8 comentarios:
Lo que vemos, fracaso tras fracaso, es que no podemos ver lo que vemos y hacer como si no estuviéramos mirando. ¿Verdad?
Después de 60 años de éxito ininterrumpido del capitalismo (mi presidente estadounidense favorito lo acaba de decir), el 40% de los habitantes de la Tierra tiene graves problemas para comer o beber agua (de la salud ni hablamos).
Y en la franja del 20% de los que tenemos de todo, estamos locos de miedo en estos tiempos.
No quiero hacer una lista larga, ya sé que me he saltado segmentos porcentuales.
De éxito, querido B., se muere uno fácilmente.
Muy bien dicho todo, rubia de la estrella roja de cinco puntas.
Pos no es por decir nada, pero ya tienes dos comentarios. Parece ser que se te jodió la estadística. Juajuajuajua (con cara de loca).
Yo estoy aquí, nano, muertita de miedo. Pero un día de estos salgo, con mi propia banderita hecha de rastros de ilusión a la calle. Y la pienso agitar de tal forma, que no sé cuánto viento consiga armar. No cierres la ventana que a tu calle llega el remolino seguro.
Qué digo. No sé. Lo digo.
Ya ves MorenoC, no hay forma, siempre hay un regalo para los pobres de respuesta.
Y tan sancho pancha.
¿Qué habíais apostado, diablas?
uy, yo no recuerdo ninguna apuesta... qué peligroso puede ser méxico, eh?
jijijiji
el capitalismo como mejor funciona es siendo rico..., por eso quienes hablan de su éxito ininterrumpido suelen ser los que están arriba... ¿no?
pero tb es verdad que l@s hij@s de las revoluciones no deberíamos echar tierra sobre el camino... sino buscar eso que sin darnos cuenta está ahí, porque la revolución siempre estuvo dentro de nosotros, y no fuera... y ahí sigue, esperando. Esperándonos.
besos y... que me colé por aquí y me pareció una bonita entrada... :) Goodbye Lenin es tan preciosa!
Goodbye Lenin es preciosa, pero esta poesía lo es más. Me siento identificado con ese ir y venir por creencias y parricidios...Si alguna vez tenés ganas, poné Stalin en el buscador de mi blog. Es que Rusia me apasiona...
Un saludo
sí a mí Goodbye Lenin es una peli muuuuy recomendable...
Gracias por pasar por aquí Igor y Marcelo.
Intentaba reflexionar, en la medida de lo poco reflexiva que yo soy... sobre esta forma de inculcarnos la realización personal a través del trabajo, y ese malditísimo y católico sentimiento de culpa...
Un abrazo a los dos!
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