El calor que desgasta
cada día que pasa.
El café y la noche
de Bagdad bajo el plato.
Me duele más tu roce
que sus lágrimas blancas.
He salido a buscarte
bajo el agua.
La mañana es de sombra.
Hay pájaros que buscan
una miga de pan
entre banderas rotas.
Las guerras son las mismas.
Una casa.
Tendré niños con parches
en los ojos.
Vigilaré
-entre humo-
su juego y su memoria
tras ventanas redondas.
Espero la llegada de mis padres
tan trémula y perdida
como esperé una manta
un brazo sobre el hombro
ese instante en que tú
arriesgas todo el orden
y detienes
tu mirada en mi boca.
C/Sombrerete
Madrid
11 comentarios:
http://www.elpais.com/articulo/internacional/bomba/escondida/carrito/juguetes/dulces/mata/ninos/Irak/elpepuint/20071013elpepiint_6/Tes
Los asesinos parecen ser distintos, unos a cada lado.
Los niños son siempre los mismos. Injustamente víctimas.
Me da vergüenza, ante esto, alabar lo bien que caminas sobre filos en este poema tuyo. Pero seguimos viviendo lejos y nada debe impedir que lo hagamos: vivir, respirar, jugar. Mientras no demos la espalda, no dejar la vida al margen.
(pero no les pongas parches que les oscurezcan la mirada).
Si detiene su mirada en tu boca es porque está preparado para escucharte. Puede que el poema sea tu voz...
si se detiene,
mi voz:
(El poema es mi cuerpo
lo recorres
lo marchitas de ojos
y silencios
es esto la poesía
la carne fatigada
el sueño
nuestras almas
tocándose en extremo
y nada
habitando mi boca
como aire que golpea
invisible
la frente)
fui niña que llevó un parche en los ojos, también siento vergüenza de que aquel fuera mi peor recuerdo de infancia y de haber mezclado distintas lágrimas y medidas del dolor en un poema... pero no podía dar la espalda a ninguno de los dos
No creo que tengamos que avergonzarnos de nuestros dolores, pero sí relativizarlos. Dicen que en la guerra nadie gana, sólo hay perdedores, pero no es cierto. Lo malo, es que ganan los mismo siempre y perdemos todos los demás.
No más sangre derramada en nombre de quienes no creemos en las armas. Precioso poema, Aroa. Precioso y estruendoso.
Me conmueve esa no resignación, esa palabra.
Por encima (por debajo, más bien) del dolor, felicidades.
Qué alegría ponerte cara y sonrisa.
Gracias.
aroa o nunca. Cada visita aquí cosas nuevas con esa rapidez con que te vas y vuelves del lado de uno. Siempre imagino periódicos y cuadernos contigo, desayunos al sol y al frío ahora Madrid. ¿cuándo vas a venir aquí? que ya te extrañamos. Yo, te extraño.
gracias a tí lara
y a tí que no crees en las armas
y al que cree en los niños de ojos tan abiertos
ale iré
iré seguro
pero no sé cuándo
tengo que sentir primero el frío de madrid, y aún no ha llegado
vente tú a recordarlo
joder Aroa...que triste...y como ha pasado el tiempo sin darnos cuenta y esta guerra(está más que ninguna otra...maldita sociedad mediática...)parece ya parte de nuestro día a día, está tan dentro que ni la percibimos como algo extraño (en tal caso como algo ajeno)
Pero hubo un tiempo en que todavía teníamos la esperanza de poder cambiar las cosas, de evitar guerras, de callar a políticos sin política...
no funcionó...pero tal vez la próxima...¿tal vez la próxima?
ayyy
besitos...
quiero verte
María
"Me duele más tu roce
que sus lágrimas blancas"
Un actovaliente de asunción de uno mismo y lo que le hierve.
Mi brazo sobre tu hombro.
Para que no esperes.
Hasta muy pronto.
(ajá)
Publicar un comentario