Quince años después. Nos fuimos a Getafe. Allí donde una madrugada el abuelo quiso abrir los grifos sin tocar la llave. Donde yo dibujaba los mapas de costas que años más tarde pude ver de cerca. Mis lápices nunca estaban ordenados, porque nunca supe no salirme de la raya negra. Donde mi familia ha perdido ya algunos sueños y yo sigo dando rodeos en una bicicleta verde. Nos fuimos para esconder el alcohol en la mochila y entrar en los conciertos. Hay historias que no se escriben con canela y azúcar. Hay recuerdos que son trozo de carne atrapado en los dientes, vendaval que le trajo sus recuerdos al buitre. La noche llega tarde. El sur de Madrid genera historias y muerde los caminos, acorta el recorrido. Allí vivía en una calle frontera. Mi padre repartía en semáforos un cuento infinito y de mañana camino del colegio. Tenía diez años. Por las noches, jugábamos al escondite entre los breves jardines hasta las doce. En aquel ascensor me sorprendieron con la primera caricia indefinida, miré desde el balcón el primer eclipse de sol a través del cristal marrón de una mahou rota. Los disfraces, la ventana, las tareas del verano, el olor de la hierba que cortaban de tarde. La papelería, el mercado, el kiosco. Regresar de vacaciones. Donde todo terminaba había una fábrica. Allí fundían metal toda la noche. Su fuego fue el primero de los miedos inexplicables que aun arrastro. En aquel triste campo, construimos una casa subterránea, exploramos los escombros de todos los residuos del cinturón de la ciudad. Allí donde ahora hay un centro comercial y una boca de metro, yo salté con un palo de montaña a montaña. Allí donde pusimos un viejo colchón entre paredes de arena, hoy firma discos un cantante famoso. Donde hoy hay un puente antes había un camino de tierra, y a mi madre y a mí nos dio el viento en la cara una mañana camino al autobús, nos empapó la lluvia.
1 de junio. Y ahora salgo a otro jardín, ordenado y perfecto, y me visitan, de allí y de entonces, los fantasmas, y la verdad, prefiero ni escucharlos.
3 comentarios:
toc toc! Puedo?
Las palabras no son lo mio, y seguro que en cuatro frases que voy a escribir tendré faltas suficientes como para que te entren ganas de regalarme un diccionario, ( y ese es uno de los motivos por los que nunca te dejo ningun mensajillo, que entre tanta palabra bonita, yo quedo un poco disonante) pero que sepas que he leido todos tus post desde que me presentaron tu blog! Y me encanta la forma de escribir que tienes, la veo muy... no sé, sincera, directa, humana...me remueve algo por dentro cuando leo algunas de tus frases... y no puedo más que quitarme el sombrero ante ti. Así que aunque no te deje ningun post (que prometo intentarlo) que sepas que siguiré tus palabras con mucho cariño!
Besos y abrazos!
gracias pam!!! jo, me alegro mucho mucho de que te guste, y espero que algún día nos podamos conocer...
yo sí que no sabría hacer nada de nada con un lápiz o pincel... ese sí que es un lenguaje complicado que tiene mucho de don.
abrazo fuerte
aroa
Hola, hace tiempo que no pasaba por aquí. Pienso igual. Adelante.
Publicar un comentario