20/3/07

hacia atrás


Renegar es difícil. Ahora imagino una carretera. Un coche blanco. Yo esperando palabras en un barrio del sur de Madrid. Esperando un pasaporte. Reconozco la sensación de la rabia en la punta de los dedos, de la lengua. Tal vez fue la lengua, la-mía, que a veces se retuerce y se niega, reniega. Ya solo queda arrancarlo. Llegar a aquella explanada, y arrancar a golpes la sensación. Cortar las conexiones de la memoria, provocar cortocircuitos en todo lo que duele, desdoblar los recovecos, limpiar los rincones, exorcizar la tendencia de las lágrimas por ver el aire. Volver a aquella cala en una isla más allá de nuestro sur, cuando las páginas estaban vacías y no había nadie para decirme que no tomara aquel barco.

2 comentarios:

Anónimo dijo...
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