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A menudo tengo ganas de marcharme de Madrid. Vivo con esa inconstante. Esta ciudad no va conmigo: le faltan agua y horizonte y le sobran calles, planes, puertas. Es un exceso. En días como hoy, como ayer, me acuerdo de aquel bar de la costa de Tulum donde, con los pies hundidos en la arena blanca, masticamos ceviche y bebimos jugos y tequilas. Normalmente no tengo tiempo ni para pensar en ello.
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Foto de David Ruiz
8 comentarios:
qué decir...
Acabaremos dispersos. Ni para cuentas de collar serviremos.
Pero ahí está tu necesidad intacta, aunque haya días en que ni eso recuerdes.
Un beso
Ahh las ciudades sin mar,
yo estoy aqui, cansado de mar, y ando queriendo calles y puertas y semáforos, paradojas de las etapas de la vida.
Un abrazo
Menos de 6 meses llevo en Madrid y ya he tenido varias veces ganas de huir de aquí, ganas de mar por ejemplo.
Y a mí me encataría pasar una temporada en Tombuctú...
En serio, es una de mis ilusiones de hace tiempo.
Besitos
Madrid me cansa, pero cuando estoy lejos lo echo en falta.
Me gustaría vivir en Madrid por meses...no puede ser.
Un saludo: el bolu
yo vivo en una ciudad con mar y me ha atrapado, te entiendo tan bien...
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