6/12/10

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Entro en gélidas rachas de lectura. Como una anciana a quien el tiempo le traspasa la fina piel de los dedos. Levantarse. Seguir aquí. Observar que el agua de los ciclámenes no fue retirada por la noche. El Recorte está hoy más blanco. El café y el cerebro agotado. Hubo un puente de diciembre en el que cometí una locura. El avión despegó de todas formas. Ahora la piel de entre los muslos está más sana. Yo me alegro. Porque está declinando otra edad en mi bota. Como aquel desnivel en Las Marías desde donde observábamos la casa allá a lo lejos. Aún me veo tirar la pelota contra el ladrillo. El viento del Guadarrama a punto estuvo de despistarnos por un segundo. Pero lo único que cayó fue el viejo cigarro pegado a tu boca durante años.

9 comentarios:

  1. he venido a leerte varias veces

    y volveré

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  2. huy, estamos las dos
    ¿un té? de esos preciosos de la calle Valverde...
    avisa cuando vuelvas
    y pongo el agua
    besoos lar

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  3. A mí me pasa como a lara. Vengo, me qudo un rato y me voy (imagino significados, historias, y me voy).

    Siempre estoy volviendo, que se guarda de decir la Otra.

    Vuelvo
    "later"

    Lo dice el palabro.

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  4. Lo que decimos es que este texto parece guardar un gran secreto.
    Un secreto que nos inquieta por si acaso va más allá de la literatura.
    Que sería el colmo de la literatura.
    Y en particular, lo del cigarro en la boca pegado durante años... ¡¡¡adoro ese don que tienes!!!

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  5. es que, sencillo, lo tenía pegado, lo juro (siempre en literario)

    cuando se le cayó, tenía el hoyo en el labio

    creo recordar
    hace muchos caminos de eso

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  6. Ladrillos y pelota, buena conjunción para la infancia.

    Besos, Aroa.

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  7. Para qué tantas palabras me pregunto, si tú con tan pocas y tan hermosas las estiras y estiras para qué imaginemos. Siempre he admirado esta forma de decir. Me has recordado a Lara y, ¿sabes?
    Me gustaría ser esa pelota, lanzada por algún niño, que bota y se queda entre vuestros pies, los de Lara y tú, mientras tomáis un te, un día cualquiera...

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  8. Isabel, gracias por el parecimiento Laril, ruboriza y todo... Y a mí me encantaría, de nuevo, jugar a la pelota. Muchos besos. Feliz año.

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