En una tarde de pasos calientes e impuesto silencio, me
lancé al Caribe como quien entra en el Mediterráneo, decidida y pez. Y fue ese
mar de siete azules quien me recordó que al agua se entra despacio, con permiso
y sin confianza. Me arrancó hasta su orilla y allí me dejó despeinada.
Le puso nombre a la sensación que tuve durante todo el
viaje.
Me gusta.
ResponderEliminarQué distinto parece.
ResponderEliminarlos ángeles se mueven con confianza.
ResponderEliminarOstis, he entendido la palabra a la primera: naoning
"naoning" es algún gerundio relacionado contigo... vale! voy a quitar el antispam
ResponderEliminarcreo que ya no hay palabras antirobot... que te me distraen del objeto
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEntre los ángulos de tus brazos salta la espuma, refrescante, de tus letras.
ResponderEliminarUn beso, Aroa
(me encantó, como siempre.
esta y las anteriores)
(y me encantó que me visitaras)