Ha vuelto al amanecer como un gato.
Vuelve y restriega
su lomo tibio por mis pies. De pronto
hay leche por todas partes derramada y un olor
a piel tostada en ciudades a las que no les queda nada
de costa ni de humor
ni silencio para pensarse dos veces el mañana.
Y su boca
y la isla
donde el calor le ha hecho ser un gato invernal, escurridizo
de grandes ojos fijos en la nada
en esta nada gris de tantos años
de pétalos crujiendo y sábanas
cuencos de anís caliente
avena
y el estallido del pan
dilatando la leña y los suspiros
donde yo quiero vivir el resto de mi vida.
En esta nada tuya sin palabras ni música
ni sueños tan absurdos de niña puño en alto.
Y como un gato, como uno o dos o más gatos
recorrer las esquinas de la vida
los dos bajo los árboles de una ciudad ya rota
con el dolor dormido
llenos de jugo y ramas
de orillas
y sus piernas
acopladas perfectas a este salto.
Preguntar por el frío, por el vino
por todo el desengaño que produce
que le lleve hasta un bar, una cantina rota
y esté el metal ahogándola en plena madrugada
y un hombre rubio, pálido y templado
nos diga así sin más entre nosotros
- el desencanto dónde-
sin aliento ni aviso ni traidores
de una séptima vida concluyéndonos.
La lengua nos ha visto
atrabesarnos juntos
como un gato que huye de la casa a la calle
interior de los dientes, su bostezo
y sacarle las uñas al futuro
lamentarnos los dos
de las torpes señales de la noche.
El corazón un vuelco, imposible no, incluso a esta hora de mañana y viento.
ResponderEliminarSólo decirte que me gusta mucho este poema. No sé qué decir más.
ResponderEliminar(interprétese como un silencio)
ResponderEliminarMe gusta mucho este poema de gatos como la vida, AroaT. Y me interesa bastante. (cuidado con los hombres fuertes y rubios como la cerveza). (o mejor todavía, no tengas cuidado, que el corazón es un músculo muy fuerte).
ResponderEliminarIrreverentes como gatos. Libres y dejando la piel en los alambres de púa, como Gelman. Decidores de todo, especialmente de lo que no se puede. Eso somos y seremos, si es que no hay muerte después de la vida. O viceversa.
ResponderEliminarQue bonito!!! Y los gatitos de la foto me encantan... Pasate por mi blog:http://outspokenthinks.blogspot.com/
ResponderEliminarUn beso
hola personitas!
ResponderEliminarpoema-séptima vida de gato.. un animal que me atrae sin gustarme, creo... igual que los hombres altos y rubios, o tal vez al revés, sí, más bien.
Un abrazo a todos.
Me voy por los tejados...
hace unos días pasé y leí algo sobre las maneras de mirar las estrellas. me encantó, pero no tuve tiempo de decirlo. yo miro mucho las estrellas...
ResponderEliminary ahora no lo encuentro, pero quería que lo supieses.
en su lugar hay poemas sobre hombres-gatunos y olor a naranjos en flor.
es una buena mezcla para leer un domingo con la maleta por deshacer y ganas de que sea sábado...
besos-milonga
(carita de vergüenza)
ResponderEliminarlo he borrado consciente porque lo puse con la caducidad del puente de diciembre... y he vuelto... y aquello como las estrellas tuvo su vida...
y es una explicación que no explicaba mucho
o nada
me gustan las historias de las estrellas, a tí también
aunque no creo en ellas porque no me dejo...
pero es que a veces...
todas se rebelan y revelan todo